1. En la historia de la Iglesia, Teresa, lo mismo que san Ignacio o san Juan de la Cruz, se inscribe en el movimiento de contrarreforma que arranca de mediado el siglo XVI y es liderado de forma especial por el Concilio de Trento. Entendemos por 'contrarreforma' la actitud vital surgida en la Iglesia al tomar conciencia de la gran quiebra de la unidad producida en Occidente, no sólo como reacción a la 'reforma' iniciada por Lutero, sino comoespíritu nuevo, que alienta la vida cristiana, las artes, la teología y los seminarios, y tiene su exponente sumo en los santos o en la Iglesia misma: tanto en el modo de actualizar el misterio cristiano como en la reacción frente a la fracción que se separa de Roma. Nos interesa 'situar' a Teresa en esa gran corriente. Cuál fue su relación con el Concilio de Trento. Qué puesto ocupa ella en la vida de la Iglesia de la contrarreforma. Qué actitud adopta frente a la Europa disidente.
2. En términos generales, tanto la vida mística de Teresa como su actividad fundadora coinciden con la celebración y ejecución del Concilio de Trento, que ella denomina frecuentemente el santo Concilio. Basta una sencilla confrontación de fechas clave:
Concilio Teresa
1545 apertura: primer período huérfana de padre. Período de lucha 1544
1547 segundo periodo (Bolonia) comienzo de la vida mística de Teresa 1554
1560-63 tercer período (Trento) primeros escritos y fundaciones 1560
1565-1582 concilios españoles de ejecución muerte, y difusión de su obra 1582-1588
Otros datos contextuales: el 4.12.1563, se clausura el Concilio; el 26.1.1564, Bula de Pío IV aprobando los decretos conciliares; con la pragmática del 12.7.1564, Felipe II acepta la aplicación del Concilio; y sigue, en España, una serie de concilios provinciales españoles para la aplicación de los decretos (1565), el último de los conocidos por Teresa se celebra en Toledo (1582) con la asistencia de dos Obispos amigos suyos, Gaspar de Quiroga (que lo preside) y Álvaro de Mendoza (Obispo de Palencia) que se cruza con ella en Valladolid camino de Toledo y ella le hace sus encargos (2.9.1582, apenas un mes antes de su muerte; cf cartas 463 y 466). En ese período (1564-1582) se viven en España grandes tensiones, eclesiales y políticas, en la recepción del Concilio.
3. Es normal que esas tensiones hayan repercutido en Teresa y en su obra. Pero ya antes, durante las postreras sesiones conciliares, le llegaron a Ávila los relatos de teólogos dominicos y jesuitas, que referían eventos internos de la asamblea, cosas debatidas en ella, la llegada del Cardenal Lorena que cuenta patéticamente a los Padres la terrible situación de Francia, etc., noticias que tienen su fuerte eco en las primeras páginas del Camino (1566), los daños de Francia, y el estrago que habían hecho estos luteranos, y cuánto iba en crecimiento esta desventurada secta (c. 1, n. 1).
4. Entre las decisiones doctrinales de los decretos conciliares, la que mayor repercusión tiene en la Santa son los cánones de la Sesión VI (1547), sobre la justificación y la seguridad/inseguridad del propio estado de gracia. Problema que aflorará a lo largo de sus escritos, desde Vida, hasta Moradas, pasando por las Relaciones (cf Rel 28). Más concretamente la afectan los decretos prácticos de reforma: tanto el referente a la pobreza monástica, que la hará cambiar de opinión hasta decidirse a modificar lo establecido en sus Constituciones (cta 376,7; y cf Fund 9,3; 20,1 ) , como el necesario recurso al respectivo Ordinario para cada nueva fundación (Fund 24,15), o para explicar la situación de los dos primeros descalzos de Pastrana (Fund 17,8) y otros detalles menudos (cta 89,3). Pero la afectan sobre todo las normas sobre la clausura de las monjas (sesión 25,5). Ya anteriormente a esa decisión tridentina, había optado ella por el mucho encerramiento de sus Carmelos, pero no con el rigor material dictado por el Concilio y los sucesivos decretos aplicativos. Teresa tendrá que ajustar con cierto retraso la clausura de sus conventos a esos criterios (cf cta 412,15; y 451,14).
5. Ese mismo decreto motivó fuertes interferencias en su tarea de fundadora, así como la persistente oposición a sus salidas de clausura para fundar: le llegan primero los rumores (cf Rel 19) esparcidos entre los teólogos (incluso los dicterios de algún profesor de la Universidad de Salamanca); más tarde, las objeciones de los Nuncios papales, Ormaneto y Sega (que escoja una casa adonde esté siempre, y no funde más, que por el Concilio no puedo salir: cta 98,3 / De mí le dicen [a Sega] que soy una vagamunda e inquieta, y que los monasterios que he hechoha sido sin licencia del Papa ni del General : cta 269,3) , la fuerte oposición de su provincial, Angel de Salazar (Melquisedec [!] dice que no puedo fundar, por el Concilio, y que lo declara nuestro Reverendísimo [Rubeo]: cta 134,3) De hecho, por ese motivo Teresa tiene que suspender las fundaciones por más de cuatro años , desde 1576 hasta 1580.
6. Con todo, no son esos acontecimientos episódicos los que caracterizan la aportación de la Santa al movimiento de reforma puesta en marcha por el Concilio de Trento. Ella no es una reformadora más de la vida religiosa. En aquel momento de crisis en la unidad eclesial, su toma de posiciones es neta. Ante todo, mantiene una postura frontal respecto a los disidentes -luteranos, dice ella-, por su quiebra de la unidad eclesial, por sus profanaciones de las imágenes y de la Eucaristía, por las guerras que han suscitado (si bien es contraria a la reacción militar de Felipe II: no a fuerza de armas C 3,1; texto borrrado por el censor). En el epílogo de las Moradas ora por el aumento de su Iglesia y luz para los luteranos.
7. Igualmente mantiene su firme opción por la Iglesia -la santa Iglesia católica romana, escribe por dos veces, en el prólogo y en el epílogo del Castillo Interior- , no sólo en referencia al 'misterio' eclesial, sino expresamente a su estructura y existencia terrena. Sabía bien de mí que en cosa de la fe contra la menor ceremonia de la Iglesia que alguien viese yo iba, por ella [por la Iglesia] o por cualquier verdad de la Sagrada Escritura me pondría yo a morir mil muertes (Vida 33,5). Por un punto de aumento en la fe y de haber dado luz en algo a los herejes, perdería mil reinos (ib 21,1).
8. Es característico su 'humanismo' cristiano, que presenta al hombre esencialmente abierto a los valores trascendentes. Todos sus símbolos (el castillo, el jardín del alma, el gusano-mariposa, las dos fuentes ) diagraman al hombre como destinado a la trascendencia y abierto desde lo hondo de su ser a la relación con Dios. Igualmente, su 'misticismo' es profético: habla de Dios, de Cristo, del alma, no desde esquemas teóricos sino desde la experiencia. Teresa es, en definitiva, un testigo de Dios, presente en el mundo y en la historia del hombre. Humanismo cristiano y misticismo son las más fuertes aportaciones de Teresa al movimiento de contrarreforma liderado por el Concilio.
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- Ávila y su entorno
- Santa Teresa en la España del siglo XVI
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- La mujer coetánea de Teresa. cultura y nivel social
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- En la estela de la contrarreforma y de trento
- El clero coetáneo de teresa