1. Gracias a los años de iniciación carmelitana en la Encarnación, Teresa tomó conciencia de enrolarse en una tradición espiritual de arraigo secular. Si las monjas carmelitas tenían apenas un siglo de existencia y la Orden misma a lo sumo cuatro siglos y medio, la tradición oral osaba elevarse a más de dos milenios e inspirarse en los profetas del Antiguo Testamento. Era lo que oficialmente se inculcaba a 'los jóvenes' novicios en el Capítulo sobre cómo responder a quienes preguntan cómo y cuándo tuvo su comienzo la Orden (Speculum , f. 57). Y se les proponía una doble respuesta: la Orden comenzó 'en tiempo de los Profetas Elías y Eliseo en el Monte Carmelo'; y el nombre de 'Orden de Hermanos de la Virgen María ' se debe a que 'sus sucesores, después de la Encarnación del Señor , ahí mismo construyeron un oratorio en honor de la Santísima Virgen María y adoptaron ese título ' (ib). Ciertamente Teresa no leyó el texto latino del Speculum Ordinis, pero ése era sin duda el contenido habitual de las pláticas de los confesores, así como de las instrucciones de los capellanes y vicarios carmelitas a la comunidad de la Encarnación. Esos datos, más que una información histórica, inculcaban una motivación espiritual de fondo. Es poco lo que nos dicen las fuentes al respecto. Como ya hemos notado, Teresa era aficionada a leer las Constituciones carmelitas. Además de ellas, los dos textos carmelitanos de lectura más asidua para ella fueron la Regla y el Breviario delCarmen. La primera, como norma de vida. El segundo, como vivencia litúrgica.
2. La Regla del Carmen es, después de la Biblia, el texto más veces citado por la Santa. Redactada, como ya sabemos, en la primera década del siglo XIII, fue luego retocada y aprobada en el Pontificado de Inocencio IV (1247), y es este último texto el designado por Teresa como Regla primera o Regla primitiva (cf Vida 36,26), que ella cree sin relajación. Por este último detalle nos preguntamos hasta qué punto conocía ella la historia o la evolución del texto de la Regla. La leería, obviamente, en su versión castellana, en alguna copia manuscrita, ya que no parece hubiera en su tiempo versiones castellanas en letra de molde. Cuando al fin de su vida insista ella misma en publicarla tras el Capítulo de Alcalá (1581), hará imprimir una preciosa versión romance, que figura al frente de sus Constituciones (Salamanca, 1581, pp. 1-16). Pero el dato más importante es que en ella vio expresado y refrendado el ideal del Carmelo. Y como tal la asumió para sí misma y la propuso como norma fundamental a sus Carmelos. En las primeras páginas del Camino, dirá a sus monjas que al fundar el rincón de San José pretendí se guardase esta Regla de nuestra Señora y Emperadora con la perfección que se comenzó (3,5).
3. Los aspectos más destacados entre las propuestas de la Regla fueron: la pobreza evangélica (Vida,35), la oración (que oremos sin cesar , es lo más importante: C 4,2), la soledad de la celda (Const 8; C 4,9), el silencio (M 3,2,13), el trabajo y la ejemplaridad de san Pablo, así como la tradicional relación de la Regla con el modelo de la Virgen, motivo por el cual Teresa la designa normalmente como Regla de la Virgen, Regla de Nuestra Señora del Carmen (Fund 14,5; Vida 36,26; C, título; 3,5 ; Conc, pról. 1).
4. En la biografía carmelitana de Teresa es interesante un episodio tardío. Después de haber vivido ella nueve años 'según la Regla primera', en 1571 tiene que renovar su profesión de la misma, y lo hace en estos términos: Digo yo, Teresa de Jesús, monja de nuestra Señora del Carmen, profesa en la Encarnación de Ávila y ahora de presente estoy en San José de Ávila, adonde se guarda la primera Regla, y hasta ahora yo la he guardado aquícon licencia de nuestro Reverendísimo Padre General fray Juan Bautista, y también me la dio para que, aunque me mandasen los Prelados tornar a la Encarnación, allí la guardase, es mi voluntad de guardarla toda mi vida, y así lo prometo, y renuncio todos los breves que hayan dado los Pontífices para la mitigación de la dicha primera Regla, que con el favor de nuestro Señor la pienso y prometo guardar hasta la muerte Teresa de Jesús carmelita' (Ap n. 12).
5. El segundo libro carmelitano más asiduamente leído por ella es el breviario. Poseemos un ejemplar de su uso, editado por el P. Rubeo en Venecia 1568, conservado en el Carmelo de Medina. Precioso por su riqueza bíblica y litúrgica (rito del Santo Sepulcro). Pero de difícil acceso para la Santa por estar todo él en latín y por la ingente complicación de abreviaturas y rúbricas. Aun así, en él alimentó la Santa su vida de piedad, en él se familiarizó con el santoral carmelita, y gracias a él incentivó su marianismo, recitando cada semana el Oficio de la Virgen (pp. 65-75), donde pudo disfrutar de numerosos versículos del Cantar de los Cantares que más tarde comentaría en sus meditaciones de los Conceptos del Amor de Dios: Oh Señora mía, cuán al cabal se puede entender por Vos lo que pasa Dios con la Esposa, conforme a lo que dice en los Cánticos, Y así lo podéis ver, hijas, en el Oficio que rezamos de nuestra Señora cada semana (Conc 6,8).
6. Queda pendiente una pregunta importante: ¿leyó la Santa, o al menos conoció, los textos contenidos en el Speculum Ordinis?, ¿leyó, en especial, el libro transmisor del ideal carmelitano, el De Institutione ? Frecuentemente se ha dado por supuesto que sí. Se ha insistido en el inciso de las Moradas: este fue nuestro principio , traducido 'c'est notre première Institution'. Parece indudable que la Santa haya conocido por conducto oral el contenido del libro, si bien nunca lo cita ni alude expresamente a obra alguna de las contenidas en el Speculum, a excepción de la Regla. Existía en su tiempo una singular antología, recientemente descubierta y sumamente interesante. Es el llamado 'Códice de Ávila-Roma' (s. XV), actualmente en Roma, pero hallado en Jerez de la Frontera (Andalucía), y procedente de Ávila. Aquí no podemos sino sólo destacar dos datos: a) que el manuscritoabulense-romano contiene preciosos textos carmelitanos me-dievales (las Constituciones antiguas de los religiosos, tres versiones de la Regla, el De Institutione, el Tractatus de origine, el Viridarium, etc ); y b) que todo él ofrece los textos en doble versión, latina y castellana. En la hipótesis de su lectura por parte de Teresa, ella utilizaría la 2ª versión. Pero ocurre que ésta es tan deficiente que se hace prácticamente ininteligible para quien no la confronte con el respectivo pasaje latino. Así por ejemplo, de haber leído la Santa las tres versiones de la Regla en él contenidas, hubiera quedado no sólo desinformada sino desconcertada por lo disparatado del texto castellano. Todo ello hace inverosímil su lectura por parte de Teresa.
Pero eso no obsta para que la Santa tuviese, por otros conductos, un vasto conocimiento de los textos contenidos en el Speculum y que haya incorporado a su vida y a su doctrina la correspondiente tradición espiritual carmelitana.
- ¿Qué es el Carmelo?
- Vocación e ingreso en la encarnación
- El monasterio de Santa María de la Encarnación
- Formación y lecturas carmelitanas de Teresa
- En la encarnación: periodo de crisis y lucha
- Vida nueva de Teresa en la Encarnación
- Teresa priora de la encarnación
- Aprendizaje carmelitano en la encarnación
- El hecho decisivo
- Tres maestros carmelitas de Teresa