1. El proyecto inicial del libro no partió de una propuesta de Teresa. Fue más bien una idea concertada entre ella y el grupo de jóvenes carmelitas que poblaban San José. Tema probable de conversación en las recreaciones comunitarias. Las Hermanas la importunaron tanto para que escribiera! Y ella accedió (me he determinado a las obedecer). La propuesta de las hermanas fue genérica: que escribiese algunas cosas de oración. Teresa puntualizó más al iniciar el libro: dirá algo de lo que al modo y manera de vivir que se lleva en esta casa conviene. (Algo que les aproveche, había escrito primero: CE, prólogo 1). Obviamente la manera de vivir en San José era hacer vida de oración. Teresa excluye servirse de libros ajenos, aunque es consciente de que los hay muy bien escritos por quien sabe lo que escribe. Ella escribirá lo que irá pensando sobre la marcha: sin concierto,asegura. Prefiere fijarse una pauta que la aleje de las teorías y la acerque a lo vivido: No diré cosa que en mí o por verla en otras no tenga por experiencia.
2. Más adelante incluirá en el proyecto un doble argumento importante: comentar el Padrenuestro y el Avemaría. De hecho mantendrá el comentario del primero pero renunciará a glosar el Avemaría: También pensé deciros algo de cómo debéis rezar el Avemaría, mas heme alargado tanto, que se quedará. Así en el epílogo de la redacción primera (73,2). Igualmente en el paso a la redacción segunda, ha tenido que retocar el criterio inicial de no escribir sino desde la experiencia. En el prólogo primero lo había formulado en términos más comprometedores: No diré cosa que no tenga por experiencia , o dada en oración a entender por el Señor. Es decir, fuente del escrito sería también su experiencia mística. Pero este último inciso ya no pasó a la nueva redacción. A esa misma norma se atendrá libro adelante: rebajará sistemáticamente las referencias a su experiencia mística. Quizás era una de las pautas sugeridas por el censor: ni alusiones demasiado personales, ni comparaciones lúdicas (como, por ejemplo, la corrida de toros o el juego de ajedrez).
3. Trazado del texto. La estructura del libro no responde a un plan preestablecido. Ya lo ha advertido en el prólogo. Abordará los temas como se me fuere acordando (pról. 2), dejando rumbo libre a la pluma. Ella, sin embargo, tiene en orden unas convicciones de base y el correspondiente ideario. Sabe bien el estilo de vida que ha implantado en San José para el grupo de carmelitas destinatarias del libro. De suerte que la obra se articulará en dos partes, casi mitad por mitad. La parte primera tratará de la educación para la oración. La segunda tratará de la oración, que es razón de vida en la casa y principal objetivo del libro. Es sencillo el hilo conductor de su pensamieno: para hacer vida de oración (2ª parte), previamente hay que fundamentarla en la vida de cada día (parte 1ª).
4. A ese enfoque obedece el desarrollo del libro desde su comienzo. Empieza por lo más fundamental: por qué y para qué estamos aquí en tanta estrechura (título del capítulo 1º). Y la respuesta es casi desconcertante: porque en Francia o en Europa y en la Iglesia están ocurriendo cosas terribles: guerras de religión,quiebra de la cristiandad, cosas que afectan al mundo entero: estáse ardiendo el mundo!, quieren poner su Iglesia por el suelo Nosotras estamos aquí para ser tales, que nuestra manera de vivir y ser cristianas pese en el conflicto. La vida contemplativa ha de tener función y razón apostólica. Y seguidamente puntualiza aspectos concretos: pobreza evangélica, amor puro de unas a otras, desasimiento de todo lo creado, y humildad que selle la verdad de lo vivido. Virtudes que configurarán la manera de vivir en esta casa: el amor creará la unidad del grupo. El desasimiento facilitará la libertad de fondo. Y la humildad lo autenticará todo, será la verdad del camino. La parte segunda del libro imparte una fuerte lección sobre la oración. Optar por ella con radical determinada determinación. La oración se aprende practicándola. Teresa la enseña haciéndola ella misma ante las lectoras. Para eso, ora con ellas el Padrenuestro. Con Jesús y como Jesús. Asumiendo los sentimientos con que Él se dirige al Padre. Por eso, su tratado de oración será una glosa libre a la oración del Señor. (cf ficha 74).
5. El soporte alegórico de la exposición. Acompañando a los dos temas extremos del libro, la Santa introduce dos imágenes que le sirven de soporte literario y simbólico. En la parte ascética utiliza la imagen de la lucha o la militancia. En cambio, a la exposición contemplativa la ilustra con la imagen de la fuente de agua viva. La imagen de la lucha está avalada por la misma impostación del libro en los capítulos iniciales: las lectoras están en el Carmelo porque en Europa y en la Iglesia se está en lucha feroz, estáse ardiendo el mundo, y las monjas no pueden ser soldados como los legionarios del rey (aludidos en 3,1: a fuerza de armas). Lucharán de otra manera, no agrediendo sino siendo tales que sus oraciones y su vida tengan efecto en pro de la Iglesia y de los capitanes que la defienden. Estas armas han de tener nuestras banderas (2,8). Condensado en un lema sencillo: encerradas peleamos por Él (3,5). El Carmelo de San José es un castillito de buenos cristianos (3,2). Como estrategia les propone la táctica del rey que se repliega a un bastión con un puñado de soldados selectos: como no haya traidor, si no es por hambre no los pueden vencer (3,1). Todavía al introducir el símbolo de la fuente les dirá que el agua viva es el premio después de la batalla (19,14). Efectivamente, el nuevo símbolo de la fuente deagua viva que dijo el Señor a la Samaritana surge como el hito final de la lucha, tras vencer a los primeros enemigos, sin cejar ante los segundos y los terceros (19,2). Y desarrolla enseguida el pequeño símbolo de origen bíblico (19,16: Jn 7,37), exponiendo las tres propiedades del agua (=la oración): que enfría, que limpia cosas no limpias, y que harta y quita la sed (c. 19). El libro es el camino a esa fuente de agua viva.
6. Tensión polémica del libro. Teresa redacta la obra cuando en el ambiente religioso español se vive un fuerte enfrentamiento entre teólogos y espirituales. Con la Inquisición del lado de los primeros y con episodios penosos del lado de los segundos. Teresa, aunque es una espiritual, no pertenece ni a un bando ni al otro. En Vida se ha declarado adicta a los primeros (Vida 13,16-19). En el tema de la pobreza evangélica se ha opuesto al dictamen de su teólogo asesor Pedro Ibáñez (ib 35,4), pero a la vez es contraria a la posición del espiritual fray Pedro de Alcántara, que dictamina contra los teólogos en materia de pobreza y de consejos evangélicos. En cambio, aquí en el Camino polemiza largo y tendido contra los letrados opositores de la oración mental. Especialmente contra los que la prohíben a las mujeres. Se opone a las tesis que tachan de peligroso el camino de la oración: camino de oración camino de peligro, nunca Dios tal quiera! Ningún caso hagáis de los miedos que os pusieren ni de los peligros que os pintaren (c. 21). Asegura a sus lectoras que aunque les quiten libros de oración, nadie podrá arrebatarles el libro por antonomasia, el Padrenuestro. Y terminaba la redacción primera del Camino tildando de falsos profetas a los opositores: rezar vocalmente no os lo puede quitar nadie ni no rezar el Paternóster de corrida y sin entenderos, tampoco. Si os lo quitare alguna persona u os lo aconsejare, no le creáis; creed que es falso profeta y mirad que en estos tiempos no habéis de creer a todos, que, aunque de los que ahora os pueden aconsejar no hay que temer, no sabemos lo que está por venir (CE 73,1). Por demasiado atrevida, omitirá esa sentencia en la redacción 2ª. Pero todo el libro quedaba impregnado de tensión.