124. En Sevilla, 1575 o 1576. Cf. la Merced 29, 1, y Ribera IV, 4, p. 439. – Texto del códice de Ávila, f. 25r.
Estando un día en oración, sentí estar el alma tan dentro de Dios, que no me parecía había mundo, sino embebida en él dióseme aquí a entender aquel verso de Magnifi-cat: «Et exultavit spiritus», de manera que no se me puede olvidar124.