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Carta 143

Teresa de Ávila

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    teresiano
2 noviembre 1576 (Toledo)
A la M. María Bautista

María Bautista está enferma, llena de escrúpulos y pesadillas (n. 1 y 8). La Santa le escribe preocupada: «acabe ya de curarse..., procure comer bien y no estar sola ni pensando en nada». La carta va a servir para distraerla, con un vasto horizonte de noticias: Andalucía, Toledo, Madrid, Valladolid y Flandes, Avila... y no menos de 26 personajes que van desfilando por el manuscrito. — Ella: «buena estoy, gloria a Dios». En Toledo se espera, por fin, la llegada del nuevo arzobispo después del largo período de sede vacante, debido al proceso de Carranza.

1. Jesús. — La gracia del Espíritu Santo sea con ella. Si alguna vez quisiese creer lo que le digo, no vendríamos a tanto mal. ¡Es verdad que poco la rogué el otro día en una carta que no se sangrase más! Yo no sé qué desatino es el suyo, aunque lo diga el médico. Harta pena me ha dado su mal por ser en la cabeza. ¡Pues que a Catalina1harto tiene que acordar que la encomienden a Dios!, y no porque quiere ir allá, con saber la voluntad que la tienen. Yo le digo que es gran cosa esta mujer, y plega a Dios que no pague ella ahora el tener tanto con ella, que me ha pasado por pensamiento, y por que se arrepienta se lo digo.
2. Todas sus cartas he recibido; bien vienen por aquí y no hay para qué enviar para porte, que yo lo tengo; mi hermano2 me lo da, que de todas maneras le debo mucho. El padre visitador3 está bueno, que dos días ha que me dieron carta suya. Tiene gran cuidado de escribirme, y hasta ahora le va muy bien con aquella gente4; mas él lo lleva con una discreción y suavidad grande. Ya ha días que pasó eso de los franciscos, y no mataron al visitador5.
3. Eso del obispo Quiroga6 es verdad, de que nos hemos holgado harto, porque está en extremo bien con nuestro padre. Está ahora muy malo el obispo7 y el nuncio8. Encomiéndenlos allá a Dios, que nos harían mucha falta, y aun a todo el reino el obispo. También encomienden a Dios a don Juan de Austria9, que ha ido disimulado a Flandes por criado de un flamenco.
4. ¡Oh, qué placer me ha hecho de decirme de la salud del padre fray Pedro Fernández!10, que he estado con pena, que sabía de su mal y no de su salud; que yo le digo que no se parece a su amigo11en ingrato, que con cuanto tiene que hacer no le falta cuidado para escribirme, y todo me lo debe, aunque de cosa de deuda harto más me debe esotro. Sepa que le durará el cuidado con ella hasta que tope con otra que le caiga en gracia, y luego no haya miedo, aunque más presunción tenga.
5. A no me haber detenido a mí Dios, días ha que hubiera hecho lo que ella quería hacer, mas no me deja, y veo que es su siervo; y por esto es bien que se ame, que lo merece, y a él y a cuantos hay en la tierra. Cuando pensamos tener más de ellos estaremos bien bobas; mas no es razón parecernos a él, sino que se agradezca siempre el bien que nos ha hecho. Y así vuestra reverencia déjese de esas damerías y no le deje de escribir, sino procure libertad en sí poco a poco, que ya, gloria a Dios, yo tengo harta, que no lo está tanto como dice. Bendito sea El, que siempre es verdadero amigo cuando queremos su amistad.
6. La carta se llevará a Luis de Cepeda12. Ya le he escrito a vuestra reverencia cómo murió también su padre y lo mucho que le encomendamos, lo que estuvo malo, acá a Dios. La cuenta que dice que tiene para mi hermano me envíe (porque la que me dio la señora doña María de Mendoza13 le di yo a él) y esotras también me envíe y con sus memorias todas; y, cuando esté para ello, una relación de Estefanía14 como me la envió a Avila, que estaba muy bien, y sea de buena letra para que no tenga yo acá que trasladar. Y no lo fíe de Juliana15, que las boberías y desatinos que decía en la relación de Beatriz de la Encarnación16eran intolerables, por encarecer; sino de que vuestra reverencia esté muy buena, que escriba ahora aquello que sabe, que me lo mandó el provincial.
7. Buena estoy, gloria a Dios. No hay con ella poder acabar que tome ese jarabe del «rey de los medos» cuando haya de tomar purga, que me ha dado la vida y ningún mal la puede hacer. No envíe cuentas con el ordinario correo, ni por pensamiento, si no fuere con el recuero, aunque sea tarde, que no llegará acá cosa.
8. De eso que dice interior, mientras más tuviere ha de hacer menos caso de ello, que se ve claro que es flaqueza de la imaginación y mal humor; y, como esto ve el demonio, debe de ayudar su pedazo. Mas no haya miedo, que San Pablo dice que no permite Dios seamos tentados más de lo que podemos sufrir17, y aunque le parezca consiente, no es así, antes sacará de todo eso mérito. Acabe ya de curarse, por amor de Dios, y procure comer bien y no estar sola ni pensando en nada. Entreténgase lo que pudiere y como pudiere. Yo quisiera estar allá, que había bien qué parlar para entretenerla.
9. ¿Cómo no me ha escrito de los trabajos de don Francisco?18, que le hubiera escrito, que le debo mucho. De que vea a la condesa de Osorno19 déla mis encomiendas, y a la mi María de la Cruz y Casilda y Dorotea, y a la supriora y su hermana20. No sé qué se ha de hacer de esa novicia ciega; yo le digo que es harto trabajo.
10. Muy de veras buen amigo es Prádanos21; bien hace de tratar con él, aunque ahora mudarán el prepósito. ¡Si tornasen ahí al padre Domeneque!22 que harto lo querría por ella. Escríbame presto cómo está, y quédese con Dios. A la priora23le ha pesado de su mal. Todas la encomendaremos a Su Majestad. Siempre escriba recaudos míos a fray Domingo, y me diga cómo le va.
Es hoy día de las ánimas, y yo de vuestra reverencia,
Teresa de Jesús.

1. Catalina: quizás una de las dos hermanas de velo blanco que llevan ese nombre en el carmelo de Toledo (Catalina de los Angeles y Catalina de San Miguel). En todo caso, una persona amiga y admiradora de María Bautista. (El sentido: «Pues a Catalina...» omitiendo el «que»).
2. Lorenzo de Cepeda.
3. Jerónimo Gracián, visitador de los carmelitas en Andalucía.
4. Los andaluces.
5. Probablemente fray Diego de Buenaventura, visitador de los franciscanos andaluces.
6. Gaspar de Quiroga, obispo de Cuenca, recién nombrado arzobispo de Toledo al morir en Roma Bartolomé de Carranza (2.5.1576).
7. Obispo de Segovia y presidente del Consejo de Castilla, Diego de Covarrubias y Leiva. Muere el 27.9.1577.
8. El nuncio Nicolás Ormaneto, que morirá el 18.6.1577.
9. Don Juan de Austria — tras haberse teñido la barba y el cabello — partió de Valladolid como criado de Octavio Gonzaga.
10. Pedro Fernández, dominico, ha sido Visitador de los carmelitas de Castilla.
11. Su amigo: padre Domingo Báñez.
12. Luis de Cepeda, hijo del primo de la Santa, Francisco de Cepeda, de quien habla enseguida.
13. Hermana del obispo de Avila y amiga de María Bautista y de la Santa.
14. Estefanía de los Apóstoles, hermana de velo blanco en el carmelo de Valladolid, sencilla y dada a extrañas penitencias. Ver Fund. 11, 1.
15. Juliana de la Magdalena, es una de las seis hijas carmelitas de Nicolás Gutiérrez, que tanto ayudó a la Santa en la fundación de Salamanca (Fund. 19, 9).
16. Beatriz de la Encarnación, muerta en Valladolid el 5.5.1574. La Santa hizo su elogio en el c. 12 de las Fundaciones.
17. San Pablo 1 Cor. 10, 13.
18. Francisco Salcedo, que sostuvo un penoso pleito en la Cancillería de Valladolid.
19. Doña María de Velasco y Aragón.
20. Las mencionadas son: María de la Cruz (una de las primitivas de San José de Avila), Casilda de Padilla, Dorotea de la Cruz; la supriora, Antonia del Espíritu Santo, y su hermana Ana de San José (Henao).
21. El jesuita Juan de Prádanos (cf. Vida 24).
22. Pedro Domenech, jesuita confesor de la Santa en Toledo.
23. Priora de Toledo: Ana de los Angeles.

S.126  E.136  Lf.103  A.II 76  T.274

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Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesús nace en Ávila un 28 de marzo de 1515, siembra nuevos Carmelos por los caminos de España, vive una experiencia mística plena, que luego transmite en múltiples escritos y un nutrido epistolario. Doctrina y magisterio que avalará la Iglesia incluyéndola en el Catálogo de sus Santos y otorgándole, pro vez primera a una mujer, el título de Doctora.

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