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Carta 151

Teresa de Ávila

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    teresiano
19 noviembre 1576 (Toledo)
A la M. María de San José

«Tengo mucho que escribir». De buen temple: humoriza y regaña porque M. María se pasa de humilde cuando escribe a la Santa y peca de resabida cuando lo hace al padre Mariano. Recoge y comenta los informes de aquélla: el tema de la asistencia a Gracián en ropas y comidas, pago de dineros a Lorenzo de Cepeda, recuerdo de los frailes descalzos de Sevilla, recientes mensajes de América, consultas sobre el vestuario de las monjas. La carta refleja el horizonte teresiano del momento: de Caravaca las monjas le han regalado un hábito nuevo; en Malagón, situación crítica, con la priora siempre grave y en su lugar una vicaria improvisada; cruces de dineros de Sevilla a Avila y de Salamanca a Malagón, pasando por sus manos; complacencia contagiosa en las cartas de Gracián a Teresita y de Isabelita a Gracián. — Carta de hoy a Gracián: ver c. 150.

Para la madre María de San José, priora en Sevilla.
1. Jesús. — Sea con vuestra reverencia el Espíritu Santo, hija mía. La carta suya, hecha a 3 de noviembre, recibí. Yo le digo que nunca me cansan, sino que me descansan de otros cansancios. Cayóme harto en gracia poner la fecha por letras. Plega a Dios no sea por no se humillar a no poner el guarismo1.
2. Antes que se me olvide: muy buena venía la del padre Mariano2 si no trajera aquel latín. Dios libre a todas mis hijas de presumir de latinas. Nunca más le acaezca ni lo consienta. Harto más quiero que presuman de parecer simples, que es muy de santas, que no tan retóricas. Eso gana en enviarme sus cartas abiertas. Mas ya, como se ha confesado con nuestro padre, más mortificada estará. Dígale que casi me confesé generalmente estotro día con quien le he escrito, y no me dio de veinte partes de pena la una de cuando me había de confesar con su paternidad. Mire qué negra tentación es ésta 3.
3. Encomienden a Dios este mi confesor4 que me tiene muy consolada, que no es poco para mí contentarme. ¡Oh, qué bien ha hecho en no llamar al que ahí me atormentaba, para que en ninguna cosa tuviese contento en ese lugar! Que el que tenía con nuestro padre5, ya ve con cuántas zozobras era, y vuestra reverencia, que me le diera si ella quisiera porque me cae en gracia, no quería. Yo me huelgo entienda ahora mi voluntad. Pues la otra de Caravaca6, Dios la perdone, que también le da ahora pena.
Ver manuscrito
Esa fuerza tiene la verdad.
4.Este día me envió un hábito de una jerga la más a mi propósito que he traído, que es muy liviana y grosera. Harto se lo agradecí, que estaba el otro muy roto para el frío; y para camisas, y todo lo han hecho ellas, aunque acá no hay camisas, ni por pienso, en todo el verano, y mucho ayuno. Ya me voy haciendo monja; rueguen a Dios que dure.
5.Ya envié a decir a mi hermano cómo tiene el dinero. Con el recuero de Avila enviará él por ello. Bien hace de no lo dar sino con carta suya. Tenga cuidado de acordar7que se haga la diligencia que él dice con el duque8, porque con tantos negocios y tan solo, no sé adónde le han de bastar fuerzas si no se las da Dios por milagro. No me ha pasado, creo, por pensamiento decir que no coma allá (porque veo que es grande la necesidad), sino que, cuando no fuere a eso, no vaya muchas veces, por que no se mire y se quite todo; antes me hacen tanta caridad en el cuidado que tienen de regalar a su paternidad, que nunca se lo pagaré. Dígalo a las hermanas, que también presume la mi Gabriela9decírmelo en su carta. Encomiéndemela mucho y a todas y todos mis amigos y envíenme un recaudo grande al padre fray Antonio de Jesús10, que acá encomendaremos a Dios aproveche la cura, que harta pena me ha dado y a la priora11; a fray Gregorio12y fray Bartolomé también me encomiende.
6.La madre priora de Malagón13aún está más mala que sue
Ver manuscrito
le. Pues algo estoy consolada, que dice la llaga no es en los pulmones y que no está hética, y Ana de la Madre de Dios14, la monja de aquí, dice que estuvo así y sanó. Dios lo puede hacer. Yo no sé qué me diga de tanto trabajo como allí ha dado Dios y con los males gran necesidad; que ni tienen trigo ni dineros, sino el mundo de deudas. Los cuatrocientos ducados que las debían en Salamanca15y teníanlos para esa casa, que ya lo había dicho nuestro padre, aun plega a Dios que basten para que se remedien. Ya he enviado por parte de ellos. Han sido muchos los gastos que allí han tenido y de muchas maneras. Por eso no querría yo las prioras de las casas de renta muy francas16, ni ninguna, que es venirse a perder del todo.
7.La pobre Beatriz17ha cargado sobre ella, que ha sido la que ha andado buena, y tiene cargo de la casa, que se la encomendó la madre priora. A falta de hombres buenos, como dicen...18. Harto me huelgo que ahí no les falte. No sea boba en dejar de poner los portes y lo que le digo, que tanto se perderán, y es bobería. Pena me ha dado que sea el compañero fray Andrés19, que creo no sabe callar, y más me la da que coma en el Carmen. Por amor de Dios le avisen siempre, y se vaya a Los Remedios en acabando ahí, que parece es tentar a Dios. Su Majestad me la guarde, que tengo mucho que escribir, y a todas, y me las haga santas.
Son hoy 19 de noviembre.
De vuestra reverencia,
Teresa de Jesús.
8.Vuelva la hoja.
Las cartas adonde venían las de las Indias y de Avila, ya le he dicho las recibí. Querría supiese quién se las dio para responder, y cuándo se va el armada.
Ver manuscrito
9.Huélgome de que lleven tan bien la pobreza y las provea así mi Dios. Bendito sea por siempre. Muy bien hizo de dar las túnicas a nuestro padre, que no las he menester. Lo que más hemos menester todos es que no le dejen comer con esa gente, y que ande su paternidad avisado en ello, pues nos hace Dios tanta merced de darle salud con tantos trabajos. Lo del lino y lana junto, más quiero que traigan lienzo cuando lo hayan menester, que es abrir puerta para nunca cumplir bien la constitución20, y con traer lienzo con necesidad la cumplen. Esotro dará casi tanta calor, y ni se hace lo uno ni lo otro, y quedarse han con ello.
10.Esto que dice21de que sean las calzas de estopa o jerga, nunca se guarda y dame pena. Avíselo a nuestro padre un día, para que adonde dice calzas no señale más de qué han de ser, sino que diga de cosa pobre, y avísemelo; o no diga de qué, sino sólo calzas, que mejor es, y no se le olvide22. Deténgale en ir a visitar la provincia lo que pudiere, hasta que se vea en qué paran algunas cosas. ¿No ve qué gracia trae la carta para Teresica23de su paternidad? No acaban de decir de ella y de su virtud. Julián24dice maravillas, que es mucho. Vea la carta que escribe mi Isabel25a su paternidad.
Ver manuscrito

1. M. María sabe escribir en guarismos arábigos y no lo hace, ¿por falsa humildad?
2. M. María ha enviado abierta la carta al P. Ambrosio Mariano de San Benito, para que la Santa la lea, y en ella ha topado los latinajos.
3. Sigue humorizando en serio: estando en Sevilla, Gracián impuso a la Santa la pesadísima mortificación de hacer una confesión general; en cambio recientemente M. María la ha hecho con el mismo sin gran dificultad
(c. 137, 1).
4. El canónigo Diego Velázquez: Véase el relato correspondiente en la Relación 63.
5. El contento que tenía de la presencia de Gracián en Sevilla...
6. La priora de Caravaca, Ana de San Alberto: ella, como M. María, apreció el afecto de la Santa sólo después de la separación.
7. Acordar «a nuestro Padre» (Gracián), añadió en el autógrafo M. María.
8. Probablemente, el Duque de Alba, Fernando Alvarez de Toledo.
9. Leonor de San Gabriel, la enfermera.
10. Antonio de Jesús, prior de Los Remedios (descalzos de Sevilla).
11. Priora de Toledo: Ana de los Angeles.
12. Dos descalzos de Los Remedios: Gregorio Nacianceno y Bartolomé de Jesús.
13. Brianda de San José... no está hética: tuberculosa.
14. Ana de la Madre de Dios: conocida por la Santa en casa de doña Luisa de la Cerda, en Toledo; viuda a los 21 años, entró en seguida en las descalzas de esta ciudad, donde profesó el 15.11.1570 a los 41 de edad.
15. Ver la carta 148 n. 7 sobre la deuda de la comunidad de Salamanca a la de Malagón.
16. Casas de renta: comunidades con bienes inmuebles para la manutención. — Francas: pródigas.
17. Beatriz de Jesús (Cepeda y Ocampo), nombrada por la M. Brianda vicaria de Malagón.
18. El refrán: «a falta de hombres buenos, a mi marido hicieron alcalde».
19. Fray Andrés de los Santos, lego a quien el P. Gracián había dado el hábito en Los Remedios y que ahora le hace de acompañante (ver c. 148, 6). — La preocupación de la Santa por las comidas de Gracián era fundada; él mismo cuenta que se guardaba de «comer sino huevos asados o cocidos con su cáscara, que harto mal sabe la comida con salsa del temer en lo que se come» (Peregrinación de Anastasio, diálogo 1).
20. Las constituciones prescribían: «El vestido sea de jerga o sayal negro.../ salvo con necesidad, que podrán traer lienzo» (4, 2).
21. «El calzado, alpargatas, y por la honestidad calzas de sayal o de estopa» (ib.).
22. Las Constituciones de 1581 añadieron al texto anterior: «o cosa semejante».
23. Alude a la carta del padre Gracián para Teresita, la sobrina de la santa, postulante en el carmelo de Avila. Evidentemente M. María y la santa la habían leído.
24. Julián de Avila, capellán de las descalzas de esta ciudad.
25. Isabel: es Isabelita Dantisco, de 8 años, residente en el carmelo de Toledo al lado de la santa; escribe una carta a su hermano, el padre Gracián (ver c. 157).

S.137  E.144  Lf.112  A.I 55  T.217

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Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesús nace en Ávila un 28 de marzo de 1515, siembra nuevos Carmelos por los caminos de España, vive una experiencia mística plena, que luego transmite en múltiples escritos y un nutrido epistolario. Doctrina y magisterio que avalará la Iglesia incluyéndola en el Catálogo de sus Santos y otorgándole, pro vez primera a una mujer, el título de Doctora.

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