• Skip to primary navigation
  • Skip to main content
  • Skip to footer
  • Descubre Grupo Fonte
  • MONTE CARMELOLeer
  • EDELeer
  • CIPEMeditar
  • IEDEstudiar
  • REVISTASDivulgar
  • EVANGELIO ORADOEscuchar
  • ¿Quiénes Somos?
  • Buscador
  • Enlaces
  • Contacto

Carta 152

Teresa de Ávila

Website "muy peculiar" del mundo teresiano

  • La obra y sus
    manuscritos
  • Santa Teresa
    en 100 fichas
  • Diccionario
    teresiano
26 noviembre 1576 (Toledo)
A la M. María de San José

Continúa la pérdida de cartas. Pero han llegado dos de M. María con noticias contrastantes: dos descalzas de Sevilla han ido a reformar las calzadas de Paterna; entre tanto, Garciálvarez siembra la confusión en el carmelo sevillano y entra en colisión con M. María; Gracián ha tenido que tomar cartas en el asunto; corren por la ciudad rumores extraños sobre un próximo viaje de la Santa a América... — Ella necesita más amplios informes: que M. María abunde en noticias y no se remita a los reportajes de Gracián; que le remita el carteo de las de Paterna; espera «el papel» que contiene la decisión de Gracián, para escribir ella a Garciálvarez... «Tengo mucho que escribir. Otro día escribiré...»

1. Jesús sea con ella, hija mía. Dos cartas suyas me dieron día de la Presentación de nuestra Señora1 con las de nuestro padre2. Nunca me deje de decir nada porque su paternidad me lo escribe, que no lo hace, y de lo que me escribe me espanto según tiene que hacer. No han venido las que envió por Madrid, adonde venía el memorial o cédula que dice sobre la baraúnda3 que ha pasado. Creo no se ha perdido carta4 si no es el primer pliego, adonde decían cómo había tomado el hábito la mi Isabelita5 y lo que me había holgado con su madre6; que por ir allí carta de la priora y hermanas con algunas preguntas a nuestro padre7, que como no ha dicho nada, pienso se perdieron. Dígamelo con el primero. Decía8que, cuando la pregunté riendo si era desposada, me dijo muy en su seso que sí. Yo le dije que con quién. Díjome que con nuestro Señor Jesucristo, muy de presto.
2. Mucha envidia he habido a las que fueron a Paterna9, y no por ir con nuestro padre, que, con ver que era ir a padecer, se me olvidó esotro. Plega a Dios sea para principio de que se sirva de nosotras. Allí, con tan pocas10, creo no han de pasar mucho si no fuere de hambre, que me dicen no tienen qué comer. Dios sea con ellas, que harto se lo pedimos por acá. Envíeles esa carta muy a recaudo y envíeme algunas si tiene suyas, para que vea cómo les va. Siempre las escriba y anime y aconseje. Harto trabajo tienen en quedar tan solas. En ninguna ma
Ver manuscrito
nera me parece habían de cantar nada hasta ser más, que es para infamarnos a todas11. Mucho me he holgado de que tengan buenas voces las de Garciálvarez12; con lo que tuvieren las habrá de tomar, según la soledad le queda.
3.Espantada me tiene tan gran desatino de querer que el confesor traiga el que él quisiere13. ¡Buena costumbre sería! Como no he visto el papel de nuestro padre, no puedo decir nada, que pensado he escribir a Garciálvarez y pedirle que, cuando hubiere de comunicar algo, se deje de maestros de espíritu y busque grandes letrados, que éstos me han sacado de muchos trabajos. No me espanto de eso del padecer, que harto pasé yo, que me decían era demonio. Yo le escribiré como vea lo que digo14y le enviaré la carta abierta y para que la vea el padre prior de las Cuevas15. Cuando pudiere tratar con Acosta16, creo será el mejor. Vea esa carta y envíesela.
4.No será poco bien si el rector de ahí17, se quisiese encargar como dice, y así para muchas cosas sería gran ayuda. Mas quieren que los obedezcan, y así lo haga que, aunque alguna vez no nos esté tan bien lo que dicen, por lo mucho que importa tenerlos es bien pasarlo. Busque cosas que los preguntar, que son muy amigos de esto; y tienen razón, que si se encargan de una cosa, de hacerlo bien; y así lo hacen adonde toman este cuidado. Ahí importa mucho en ese mundazo18, porque, venido nuestro padre, quedan muy solas.
5.Nunca me pasó por pensamiento querer que se tomase la de Nicolao19, sino por parecerme había de tener mucha necesidad de dineros. Si esos mil de las de Garciálvarez fuese en dinero, buenas son. Bien es que espe
ren, aunque no se han de dejar por eso, a mi parecer.
6.En gracia me ha caído la ocasión con que me en-vían a las Indias20. Dios los perdone, que lo mejor que pueden hacer es decir tanto junto por que no les crean nada. Ya le he escrito que no envíe los dineros a mi hermano21hasta que él se lo escriba. Procure que nuestro padre haga lo que dice Acosta con el que viniere por rector de la Compañía, que será presto. Yo encomendé a Salazar22(que ha estado aquí, que va a Granada de asiento y dice que quizá irá por allá) que hablase al provincial23de ahí; si fuere, muéstrele mucha gracia y hable con él lo que quisiere, que bien pueden, que muy de buen arte está.
7.La madre priora de Malagón24está mejor, gloria a Dios, y yo harto más confiada de su salud, que me ha dicho un médico que, aunque tenga llaga, como no sea en los pulmones, que vivirá. Dios lo haga como ve la necesidad; no dejen de pedírselo. Encomiéndeme a todas, y quédese con El, que tengo mucho que escribir. Otro día escribiré a mi prior de las Cuevas, que harto me he holgado de su mejoría. Dios nos le guarde y a ella, mi hija, que no acaba de decirme que está buena25; dame harto cuidado. A Delgado26me dé un recaudo, y a todos.
Son hoy 26 de noviembre.
Su sierva,
Teresa de Jesús.
8.Siempre me escriba cómo está el padre fray Antonio27; a él y a fray Gregorio y a fray Bartolomé, mis encomiendas. Harto alabo a nuestro Señor de ver lo que hace nuestro padre; plega a Dios le dé salud. Espero en El lo harán bien las mis hijas.
Ver manuscrito

1. Día 21.11.1576.
2. Jerónimo Gracián.
3. Sobre esta baraúnda, ver la nota 13.
4. No se ha perdido carta de las enviadas por la Santa.
5. Isabelita: la hermana de Gracián, Isabel Dantisco (de Jesús), que tomó el hábito de carmelita muy niña aún (8 años) en Toledo, donde profesará el 30.9.1584.
6. Doña Juana Dantisco, madre de Gracián e Isabelita.
7. Priora de Toledo, Ana de los Angeles.
8. Decía en la carta perdida... Cuando pregunté a Isabelita...
9. Paterna: convento de carmelitas calzadas en esa localidad (Sevilla). Por orden del padre Gracián han ido a reformarlo dos descalzas de Sevilla: Isabel de San Francisco (como priora) e Isabel de San Jerónimo, y más tarde la hermana de velo blanco Margarita de la Concepción una vez profesa (1.1.1577). La misión fue poco afortunada: no surtió los efectos que la presencia de la Santa en La Encarnación de Avila (1571-1574).
10. Son tan pocas monjas en Paterna... Diez años antes, al visitar Rubeo el convento, eran unas doce.
11. Cantar: se refiere al canto coral que las descalzas deberían introducir o corregir en Paterna.
12. Las de Garciálvarez, son las aspirantes carmelitas patrocinadas por éste, confesor de la comunidad de Sevilla. Ver c. 148, nota 11. Aquí alude a su dote.
13. Es la baraúnda del n. 1. La refiere por extenso la M. María en el Libro de Recreaciones, Recr. 9: intromisión del buen Garciálvarez en la vida de comunidad con el pretexto del confesonario, franca oposición del mismo a la priora (M. María) hasta calumniarla groseramente, intervención de los padres Pedro Fernández, dominico, y Nicolás Doria, todavía clérigo secular, quienes aconsejan «envíe con Dios» al confesor impertinente, y finalmente decisión de Gracián por escrito («el papel de nuestro Padre» dice la Santa). Pero la decisión será el punto de partida de los trágicos acontecimientos que van a seguir (cartas 294, 284, 269).
14. Cuando haya visto lo que digo: «el papel» que contiene la decisión de Gracián. A él aludirá en cartas sucesivas (158, 3; 173, 13). Sólo nos han llegado unos fragmentos: «Dígale vuestra reverencia de mi parte (a Garciálvarez) que con acuerdo de los más graves y doctos de Castilla, tenemos yo y la madre Teresa de Jesús mandado que en cada monasterio se trate con cuatro o cinco que nombramos y, fuera de aquéllos, que no consientan las prioras que allí traten ni confiesen otros... Esto de ser contados y mirados los que confiesan no es cosa nueva, pues el Concilio Tridentino, por gran cosa, tres veces en el año les da a escoger; y entre nosotros (ya que frailes no confesamos a nuestras descalzas, porque huimos del trato de las mujeres), es menester que los prelados miren mucho quién son los que las confiesan» (Andrés de la Encarnación, Memorias Historiales, A-C, 71).
15. Prior de la cartuja de Las Cuevas (Sevilla), Hernando de Pantoja.
16. Diego de Acosta, jesuita de Sevilla (ver c. 132, nota 14, ya recomendado por la Santa).
17. Rector de los jesuitas de Sevilla, Francisco Arias.
18. Ese mundazo: el caos de Sevilla, gran metrópoli de entonces.
19. Nicolás Doria y la aspirante carmelita por él recomendada.
20. Humoriza: en Sevilla se ha esparcido el rumor de que los superiores de la Orden envían a la Santa a América.
21. Dineros que la comunidad de Sevilla debe a Lorenzo de Cepeda (ver c. 137, nota previa).
22. Gaspar de Salazar, jesuita y antiguo amigo de la Santa.
23. Provincial de los jesuitas andaluces, Pedro Bernal.
24. Brianda de San José.
25. Alusión a las reticencias de M. María sobre su salud (c. 148, 1).
26. Inés Delgado.
27. Tres descalzos de Los Remedios de Sevilla: Antonio de Jesús (Heredia), Gregorio Nacianceno y Bartolomé de Jesús mencionados en cartas anteriores.

S.138  E.146  Lf.113  A.II 84  T.218

Volver
Cerrar

Footer

Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesús nace en Ávila un 28 de marzo de 1515, siembra nuevos Carmelos por los caminos de España, vive una experiencia mística plena, que luego transmite en múltiples escritos y un nutrido epistolario. Doctrina y magisterio que avalará la Iglesia incluyéndola en el Catálogo de sus Santos y otorgándole, pro vez primera a una mujer, el título de Doctora.

Editorial Monte Carmelo Grupo Editorial Fonte
  • Paseo Empecinado, 2. 09080 Burgos (España)
  • 34-947 256 061
  • editorial@montecarmelo.com
  • www.montecarmelo.com
  • Copyright © 2022 Monte Carmelo
  • Todos los derechos reservados
  • Aviso legal
  • Política de cookies