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Carta 261

Teresa de Ávila

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fin de agosto 1578 (Avila)
Al padre Jerónimo Gracián

Gracián le ha escrito en un momento de pesimismo y depresión, confiándole sus escrúpulos (la pesadilla de si habrá incurrido en la excomunión del Breve de Sega), su desazón por no poder celebrar misa y tener que vivir oculto en casa ajena; su pena por la suerte del amigo Padilla, apresado por la Inquisición. — La Santa escribe a la par a él y al Nuncio. Se ha perdido la carta a Sega. En la de Gracián adopta un tono matizado de humorismo y amor materno: «¡ese cerro!», «No ande profetizando».

Para mi padre el maestro fray Jerónimo Gracián.
1. Jesús sea con vuestra paternidad, mi padre. Para quien había mucha gana de escribirle larga, aquella carta que me escribió llena de cerro1 y melancolía que quisiera responder, se me ha hecho bien ofrecerse estotras, que ya la cabeza no puede gatear. Mande poner ese sobrescrito al nuncio2, que por no errar no le pongo; una de esas señoras le pondrá, la que más parezca a mi letra.
2. Cuanto a lo primero, está mi Pablo3 muy bobo con tantos escrúpulos. Vuestra paternidad se lo diga. A vuestra paternidad no hay que decir. Todos los letrados dicen que hasta que le notifiquen el breve4 está con muy buena conciencia; y ponerse a manos del nuncio hasta que le allane el presidente5, sería desatino, y habíale de hablar vuestra paternidad la primera vez, si ser pudiese, delante de él.
3. No ande profetizando tanto con sus pensamientos, por caridad, que Dios lo hará bien. Ahora entiendo lo que me dijo José6 cuando la ausencia de Ardapilla7, que convenía para nuestros negocios; y si está tan malquisto, no dudo. De esotros ermitaños no hay que hacer caso, que así como Dios quiere se descubra el mal, descubre el bien. A la misa no está obligado; yo lo he preguntado, y él se lo sabe. Procurar estar ahí con mucho secreto, sí; éste es el cuidado que yo tengo. Si con tan buena vida tiene ese cerro, ¿qué hubiera hecho con la que ha tenido fray Juan? 8
4. El dinero se pagará a Antonio Ruiz9. Si no es ido, dígale que casi cien hanegas tengo ya, que es menester envíen luego el dinero de Malagón; allí irán las suyas. No hay cabeza para más, mi buen padre, quédese con Dios, y pues sirve tal dama como la Virgen, que ruega por él, no tenga pena de nada, aunque ya veo hay ocasiones.
A la señora doña Juana10un gran recaudo,
Teresa de Jesús.
Hagan decir al presidente que pedimos harto a Dios su salud.

1. Cerro: por desabrimiento y pesimismo. Quizás es un término del léxico familiar cifrado entre ella y Gracián, éste escribirá más tarde un libro humorístico titulado: El cerro. Tratado de la melancolía (editado por el P. Ildefonso Moriones)
2. Felipe Sega. La Santa le ha escrito, pero prefiere que Gracián ponga la dirección de protocolo.
3. Gracián.
4. El breve de Sega, el 23 julio 1578, era causa de buena parte de los escrúpulos y penas de Gracián: no le urgía hasta que se lo notificasen ante notario; éste se había presentado en la casa de Gracián en Valladolid, a primeros de agosto, pero él lo había esquivado. Así y todo, alguien se prestó a hacer «el papel de Gracián», y el notario «dio fe de haberlo visto y notificado. Era de noche y se equivocaría el notificador» (!) Cf. A.IV, p. 149. Mucho embrollo, para que Gracián lo viese tan sencillo como la Santa.
5. Antonio Mauricio Pazos, presidente del Consejo Real que tiene que calmar a Sega.
6. Jesucristo. Alusión a un aviso interior.
7. Juan Calvo de Padilla. La ausencia: es eufemismo, el pobre Padilla está en las cárceles de la Inquisición.
8. Fray Juan de la Cruz, que en la cárcel ha compuesto su Cántico Espiritual.
9. El mercader de Malagón, amigo de la santa.
10. Juana Dantisco, la madre de Gracián.

S.245  E.244  Lf.206  A.IV 26  T.125

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Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesús nace en Ávila un 28 de marzo de 1515, siembra nuevos Carmelos por los caminos de España, vive una experiencia mística plena, que luego transmite en múltiples escritos y un nutrido epistolario. Doctrina y magisterio que avalará la Iglesia incluyéndola en el Catálogo de sus Santos y otorgándole, pro vez primera a una mujer, el título de Doctora.

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