1. Cerro: por desabrimiento y pesimismo. Quizás es un término del léxico familiar cifrado entre ella y Gracián, éste escribirá más tarde un libro humorístico titulado: El cerro. Tratado de la melancolía (editado por el P. Ildefonso Moriones)
2. Felipe Sega. La Santa le ha escrito, pero prefiere que Gracián ponga la dirección de protocolo.
3. Gracián.
4. El breve de Sega, el 23 julio 1578, era causa de buena parte de los escrúpulos y penas de Gracián: no le urgía hasta que se lo notificasen ante notario; éste se había presentado en la casa de Gracián en Valladolid, a primeros de agosto, pero él lo había esquivado. Así y todo, alguien se prestó a hacer «el papel de Gracián», y el notario «dio fe de haberlo visto y notificado. Era de noche y se equivocaría el notificador» (!) Cf. A.IV, p. 149. Mucho embrollo, para que Gracián lo viese tan sencillo como la Santa.
5. Antonio Mauricio Pazos, presidente del Consejo Real que tiene que calmar a Sega.
6. Jesucristo. Alusión a un aviso interior.
7. Juan Calvo de Padilla. La ausencia: es eufemismo, el pobre Padilla está en las cárceles de la Inquisición.
8. Fray Juan de la Cruz, que en la cárcel ha compuesto su Cántico Espiritual.
9. El mercader de Malagón, amigo de la santa.
10. Juana Dantisco, la madre de Gracián.
S.245 E.244 Lf.206 A.IV 26 T.125