Carta 357

Teresa de Ávila

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25 de octubre 1580 (Valladolid)
A la M. María de San José,

De Sevilla han llegado cartas retrasadas y sin noticias de la armada y de las Indias, de donde espera soluciones para comprar una casa en Salamanca y para redondear las finanzas del difunto don Lorenzo. — Se retrasa penosamente la erección de provincia de descalzos, por enfermedad y muerte del ejecutor del Breve pontificio, Pedro Fernández. — Ella:enferma del catarro universal. Tiene «tan flaca la cabeza, que no sé cuándo podré escribir de mi letra»: «tan flaca, que aun de notar me canso». Dicta el texto a sor Ana. De propia mano añade la firma y la postdata. Envía la carta a Doria, que el 1 de noviembre la reexpide desde Pastrana a Sevilla.

Para la priora de San José.
1. Jesús. — La gracia del Espíritu Santo sea con vuestra reverencia, mi hija. Sus cartas recibí y la de la madre supriora1, y aunque eran harto añejas, me holgué de ver letra suya; mas bien se templó con ver su poca salud. Una que vuestra reverencia escribió al padre Nicolao2—de primero de octubre— me ha consolado, porque dice en ella está mejor. Plega a Dios vaya muy adelante. No piense que esas hinchazones son siempre hidropesía, que por acá las tienen y han tenido y están ahora buenas y otras se andan así. Con todo no deje de curarse y de guardarse de lo que dice el médico le hace daño, aunque no lo haga sino por darme a mí contento y no añadir a los trabajos que por acá hay.
2. A mí no me han faltado de poca salud después que estoy en Valladolid3. Esta ha sido la causa de no la haber escrito. Todavía estoy tan flaca la cabeza que no sé cuándo podré escribir de mi letra; mas la secretaria4 es tal que podré fiar lo que de mí. Sepa que el mal ha sido tanto que no pensaron que viviera. Ya estoy sin calentura días ha, y no sé para qué me deja Dios sino para ver muertes este año de siervos de Dios, que me es harto tormento. De la del padre Soto5 no me ha pesado mucho. Más pena me da lo que pasa al padre fray Gregorio6 y en Los Remedios. Ello ha sido general esta tormenta, y así no hay de qué nos espantar, sino a
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labar a Dios, que, aunque ha habido hartos trabajos en estos monasterios, no ha muerto ninguna descalza. La buena María del Sacramento7está ahora oleada en Alba. Encomiéndenla a Dios y a mí mucho, para que sirva a Su Majestad en algo, que me ha dejado acá.
3.Lo que me dice del padre prior de Las Cuevas8pasado me ha hecho mucha lástima. Por amor de Dios que no le deje de consolar en todo lo que pudiere y envíele un gran recaudo de mi parte —que por estar tan flaca no le escribo–, y para mi padre Rodrigálvarez9le componga muy bueno y se le dé de mi parte. Como veo que el padre prior de Pastrana las quiere tanto que no las dejará de escribir a menudo las cosas de por acá, dame mucho consuelo.
4.En lo que toca a Beatriz10, vuestra reverencia acertó muy bien en quemar aquel papel, y acertará en no hablar en ello, con ella, ni con nadie. Si Dios fuere servido de hacernos merced de ver hecha esta provincia11, entonces se determinará lo que se ha de hacer de esa hermana, que, como se lo he dicho otras veces, no es bien que se quede sin castigo.
5.Espantada estoy cómo no hay ningún recaudo de las Indias para mi hermano12(que sea en gloria); al menos cartas tengo por imposible dejarlas de escribir. Hágame saber cuándo se va la flota y si se le ha acordado de lo que la escribí desde Segovia13, que procurase se informasen de alguno de la Ciudad de
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los Reyes14si es vivo un caballero de Salamanca, Diego López de Zúñiga; y si fuere muerto, procure dos testigos que den fe de ello, que es el que nos ha de vender la casa para las monjas de Salamanca, que no tienen ninguna, y estoy con miedo si se ha de deshacer aquella casa por esta causa.
6.Al señor Horacio de Oria15lo pida mucho y se lo suplique de mi parte y que me encomiendo en sus oraciones, que yo en las mías tengo cuidado, y que por ser esto servicio de Dios se lo suplico.
7.Mire que me ha de procurar mensajero cierto con quien escribir a la Ciudad de los Reyes y al Perú a la ciudad de Quito, y no olvide de avisarme con tiempo antes que la flota se vaya (que correo hay que viene aquí de los ordinarios, que hartas cartas tenía yo muy continuas de esta casa cuando ahí estaba), o a nuestro padre Nicolao. Para que me lo avise a su reverencia, envío ésta, por que vaya más segura.
8.La cabeza está tan flaca que aun de notar16me canso, porque no ha sido ésta hoy sola. Fue tan grande el hastío, que me enflaqueció más que las calenturas.
9.A la madre supriora y a todas dé muchas encomiendas mías. Yo le digo que tengo harto deseo de verlas. A Dios todo es posible. Su Majestad la guarde como yo le suplico y la haga muy santa. Avíseme si se le quita algo de la hinchazón y de la sed. Todas las de esta casa se le encomiendan mucho, y les ha caído
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en gracia lo de los moriscos17. Aunque no me escriba de su letra, no se le dé nada, que todo se puede fiar de la supriora.
De octubre a 2518.
De vuestra reverencia sierva,
Teresa de Jesús.
10.A la hermana San Francisco19muchas encomiendas —que dio gran recreación su carta— y a la hermana Juana de la Cruz20, y a la portuguesa21me encomiendo mucho, y vuestra reverencia haga que encomienden todas a Dios al padre fray Pedro Fernández22, que está muy al cabo; mire que se lo debemos mucho y ahora nos hace gran falta. El mi padre fray Gregorio me tiene lastimada; quisiera poderle escribir. Dígale que así se hacen los santos, y a vuestra reverencia, mi hija, digo lo mismo. No me hago de que no la escribo de mi letra23.
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1. Supriora de Sevilla: Leonor de San Gabriel.
2. Nicolás Doria, prior de Pastrana (ver n. 3).
3. Había llegado a Valladolid el 8 de agosto.
4. Secretaria: Ana de San Bartolomé.
5. Soto: sacerdote anciano alojado en Los Remedios de Sevilla. Otras muertes a que alude la Santa: Francisco de Salcedo, María de Jesús, fundadora de La Imagen (Alcalá).
6. Gregorio Nacianceno, que sigue de Vicario en Los Remedios.
7. Es la famosa compañera de la Santa «la noche de animas» en la fundación de Salamanca (Fund. 19, 5). Ahora es priora en Alba, y morirá en 1589.
8. Exprior de la cartuja de Las Cuevas, Hernando de Pantoja.
9. Rodrigo Alvarez, jesuita de Sevilla.
10. Beatriz de la Madre de Dios, vicaria de la comunidad durante la deposición de madre María.
11. Ha llegado el Breve para la erección de provincia de descalzos, pero aún no ha sido posible ejecutarlo.
12. Lorenzo de Cepeda. ver c. 350, 3.
13. Carta 347, 18
14. Ciudad de los Reyes: Lima. Ver c. 347, 18 y 350, 3-4.
15. Sacerdote, hermano de Nicolás Doria.
16. Notar: está dictando la carta.
17. De Sevilla han respondido humorísticamente a la pregunta de la Santa (c. 347, 14) sobre el alzamiento de los moriscos en la ciudad.
18. El resto de la carta es autógrafo de la Santa.
19. Isabel de San Francisco.
20. Es la madre de Beatriz (nota 10).
21. La portuguesa: Blanca de Jesús.
22. Dominico, visitador apostólico de los carmelitas de Castilla en años anteriores, y ahora designado por el Breve pontificio (30 de agosto) ejecutor de la erección de provincia: Morirá sin poder convocar el capítulo de los descalzos.
23. A continuación anotó el padre Nicolás Doria: «Jesús María. La Madre me envió esta carta abierta. Leídola he y envíola a V. R. con otra que me escribe a mí, para que vean lo que hay de negocios. De lo que dice de don Francisco, hijo del señor Lorenzo de Cepeda, no hay que hacer caso, porque ya se volvió a la Madre. Oración por nuestros negocios, y pedir la vida de fray Pedro Fernández, que aunque sería milagro, es tan necesaria y la Virgen lo puede hacer tan fácilmente, que no desconfío dello, si ellas que profesan ser sus hijas se lo rogaren de veras. Y porque de Madrid le escribí largo, y ahora estoy en Pastrana, día de Todos Santos, no me alargo. Siervo de V. R. fray Nicolao». — Don Francisco es el sobrino de la Santa, que en Pastrana pidió el hábito de descalzo y fue rápidamente expedido a casa por el prior que aquí lo cuenta.

S.336  E.331  Lf.301  A.III 81  T.251

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