Carta 57

Teresa de Ávila

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14 noviembre 1573 (Salamanca)
A doña Juana de Ahumada

Es aún priora de la Encarnación de Avila. Pero sigue en Salamanca, retenida por los prolijos trámites para la adquisición de la casa de Pedro de la Banda. De salud precaria; sus cuartanas van a más. Vivamente interesada por la familia de Juana y por la comunidad de carmelitas de Alba.

1. Jesús. — Sea con vuestra merced la gracia del Espíritu Santo. Alabado he a nuestro Señor que esté mejor el señor Juan de Ovalle con estas humedades. Plega a Su Majestad lo lleve adelante. Las mis cuartanas lo van y lo peor es que torna el dolor de estotros inviernos, que la noche pasada dormí bien poco de él. Creo me tornarán a sangrar. Dios lo debe ordenar así por que no parezca era todo por estar en la Encarnación; verdad es que de allí vino hecho este daño, que nunca he estado sin ninguna reliquia. Quizá en ese lugar me iría mejor, y aun aquí no es hasta ahora tan recio el dolor, con mucha parte, como allá; y ya que lo sea, puédese mejor llevar sin tanto trabajo.
2. Los negocios de Pedro de la Banda1andan en buenos términos; con todo eso, he miedo tardaremos algo, porque se ha de ir a Madrid... En acabando de hacer la probanza, me iré a los oficiales, que no han acabado, que Dios parece quiere esté aquí, porque no queda en casa quien entienda de obras ni de negocios.
3. Ayer dimos hábito a una doncella2de harto buena parte, y creo tendrá algo, y aun harto, con que nos ayudar. Es pintada para nosotras, gloria a Dios, hija de Martín de Avila Maldonado, y su madre doña Guiomar de Ledesma. Harto buena dicha ha sido. Está muy contenta y acá de ella.
4. Al señor Juan de Ovalle que tenga ésta por suya y muchas encomiendas, y a las mis hijas. Doña Antonia se le encomienda —ya está buena, sin cuartanas—, y la priora también se le encomienda; yo, a esas hermanas y a la menora, que no creo podré escribir, ni tengo ahora qué decir si no que me encomienden a Dios. Su Majestad me la haga una santa3.
Su sierva, Teresa de Jesús.
5. El Señor pague a vuestra merced la que me hace, que harta razón tiene vuestra merced en lo que dice conviene. Mucho me he holgado de la mejoría del señor Juan de Ovalle, y de que vuestra merced tenga salud, y esos ángeles.

1. Pedro de la Banda es el puntilloso vendedor de la nueva casa de las carmelitas salmantinas. Por tratarse de mayorazgo, hubo de solicitarse en la corte la licencia real, que fue denegada. (Véanse las cartas a Pedro de la Banda y Fundaciones 19).?—?Los suspensivos indican una laguna del texto.
2. Se trata de Leonor de Jesús. Profesa el 13.11.74 y muere unos meses después (14.6.75). «Dejó a sus monjas mucho deseo de sí, porque era muy amable y humilde y apacible a todas» (Ribera, II, 16, p. 206).
3. Las personas recordadas por la Santa son: doña Antonia del Aguila, monja de La Encarnación (que acompañó a la Santa a Salamanca): la priora de Salamanca, Ana de La Encarnación; esas hermanas, carmelitas de Alba, la menora es probablemente la más joven de la comunidad de Alba, Inés de la Cruz, recién profesa (26.4.73). Y por fin esos ángeles, los dos hijos de Juana. No falta la mención del marido, Juan de Ovalle, nunca silenciado en las cartas a Juana: en ésta son tres las alusiones explícitas a su persona (nn. 1, 4 y 5).

S.49  E.55  Lf.36  A.IV fr.52  T.25

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