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Carta 58

Teresa de Ávila

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principio enero 1574 (Salamanca)
Al padre Domingo Báñez

La Santa se halla enferma «de cuartanas», pero dinámica y jovial. En Salamanca se aconseja con el padre Medina, aunque el gran teólogo no suple la ausencia de Báñez. — Están en marcha tres pequeños dramas caseros: proyecto de un colegio de niñas agregado al carmelo de Medina (novedad absoluta para un convento teresiano); salida del convento de Pastrana de la princesa de Eboli en conflicto con frailes y monjas carmelitas: salida de Casilda de Padilla del carmelo de Valladolid, a viva fuerza. Báñez ha sido designado consejero de la Madre para resolver el problema del colegio. Ha sido requerido por la aristocrática familia de Casilda para que apruebe lo hecho y allane a la Madre Teresa. Ella profesa su confianza absoluta en el dominico.

Para mi padre y mi Señor el maestro fray Domingo Báñez.
1. Jesús. — La gracia del Espíritu Santo sea con vuestra merced y en mi alma. No sé cómo no le han dado una carta bien larga que escribí estando no buena, y envié por la vía de Medina, adonde decía de mi mal y de mi bien. Ahora también quisiera alargarme y he de escribir muchas cartas, y siento un poco de frío, que es día de cuartana1. Habíanme faltado, o medio faltado, dos; mas como no me torna el dolor que solía, es todo nada.
2. Alabo a Nuestro Señor de las nuevas que oigo de sus sermones, y he harta envidia; y ahora, como es prelado de esa casa2, dame gran gana de estar en ella; mas ¿cuándo lo dejó de ser mío? Con que veo esto, me parece que me diera nuevo contento; mas, como no merezco sino cruz, alabo a quien me la da siempre.
3. En gusto me han caído esas cartas del padre visitador3con mi padre, que no sólo es santo aquel su amigo, mas sábelo mostrar; y, cuando sus palabras no contradicen las obras, hácelo muy cuerdamente; y, aunque es verdad lo que dice, no la dejará de admitir, porque de señores a señores va mucho.
4. La monja de la princesa de Eboli era de llorar4; la de ese ángel5 puede hacer gran provecho a otras almas, y mientras más ruido hubiere, más; yo no hallo inconveniente. Todo el mal que puede suceder es salir de ahí; y en eso habrá el Señor hecho, como digo, otros bienes, y por ventura movido alguna alma que quizá se condenara si no hubiera ese medio. Grandes son los juicios de Dios, y quien tan de veras le quiere, estando en el peligro que toda esta gente ilustre está, no hay para qué le negar nosotras, ni dejar de ponernos en algún trabajo de desasosiego, a trueco de tan gran bien. Medios humanos y cumplir con el mundo me parece detenerla y darla más tormento, que en treinta días está claro que, aunque se arrepintiese, no lo ha de decir 6. Mas si con eso se han de aplacar y justificar su causa bien y con vuestra merced de detenerla (aunque, como digo, todos serán días de detención), Dios sea con ella, que no es posible sino que, pues deja mucho, le ha de dar Dios mucho, pues se lo da a las que no dejamos nada.
5. Harto me consuela que esté vuestra merced ahí para lo que toca al consuelo de la priora7 y para que en todo acierte. Bendito sea el que todo lo ha ordenado así. Yo espero en Su Majestad que se hará todo bien. Este negocio de Pedro de la Banda nunca se acaba8; creo me tengo de ir antes a Alba por no perder tiempo, porque hay peligro en el negocio, que es contienda de entre él y su mujer9.
6. He gran lástima a las de Pastrana10. Aunque se ha ido a su casa la princesa, están como cautivas, cosa que fue ahora el prior de Atocha11 allá y no las osó ver. Ya está también mal con los frailes12, y no hallo por qué se ha de sufrir aquella servidumbre. Con el padre Medina13 me va bien, creo si le hablase mucho, se allanaría presto. Está tan ocupado que casi no le veo... Decíame doña María Cosneza14que no le quisiese como a vuestra merced...
7. Doña Beatriz15 está buena: el viernes pasado ofreciéndoseme mucho que hará; mas ya yo no he menester que haga nada, gloria a Dios. Díjome los regalos que vuestra merced la ha hecho. Mucho sufre el amor de Dios, que, si hubiera algo que no lo fuera, ya fuera acabado. No parece sino que la dificultad que vuestra merced tiene en ser largo, tengo yo en no serlo. Con todo, me hace mucha merced, por que no me entristezca cuando miro el pliego y no veo letra suya. Dios le guarde. No parece que va esta carta de tener... 16. Plega a Dios que allá no se temple con el de vuestra merced.
De vuestra merced sierva e hija,
Teresa de Jesús.

1. Día de cuartana: día de fiebre; la cuartana repetía el ciclo febricitante cada cuatro días.?—?Habíanme faltado dos días. —?«De siete especies de fiebres, que distinguen los médicos con Hipócrates, la cuartana no es la más fuerte y aguda, pero sí la más molesta y desabrida: porque causa en el paciente un temperamento morbífico, débil, decaído, inapetente, fastidioso y desazonado para todo... Consiste la cuartana ?—según los profesores de Medicina—, en la discrasia o intemperie de la sangre, melancólica, serosa, fría o tibia, y poco espiritosa». Eran, más o menos, las ideas del tiempo de la Santa (cf. A. II, p. 127).
2. El padre Báñez, profesor en el colegio de San Gregorio (Valladolid), había sido nombrado regente del mismo.
3. Visitador es el padre Pedro Fernández. Mi padre es Báñez. Alude a las cartas en que el Visitador se remitía a la decisión de Báñez y de la Santa acerca de la fundación del colegio de niñas de Medina (ver c. 53, 2).
4. Es la misma princesa de Eboli, monja-caricatura. A la muerte de su marido había entrado carmelita en Pastrana (julio 1573) y luego regresado a su palacio (principios de este año 1574). Ver el relato de la Santa en Fund. 17.
5. Ese ángel: Casilda de Padilla, que había entrado niña aún en el carmelo de Valladolid. Sigue aludiendo a la oposición que le hicieron sus familiares, hasta sacarla del convento con cédula real. Ahora han recurrido a Báñez para que refrende lo hecho y venza la oposición de la Santa. Casilda volverá al convento y profesará con dispensa de edad el 13 de enero 1577. Ver el relato de la Santa en Fund. 10-11.
6. En 30 días: se refiere a la situación actual de Casilda «deseando sus deudos de tenerla fuera por espacio de 30 días llamaron al p. maestro Báñez, para que cooperase a su intento...» (A.II, p. 131).
7. La priora de Valladolid: María Bautista, gran admiradora de Báñez.
8. La Santa está en Salamanca para tramitar con Pedro de la Banda la compra de la casa: asunto que, de hecho, no llegó a «acabarse». Ver Fund. 19, 7-10.?—?En marzo siguiente estaba la Santa en Alba.
9. La casa contratada en Salamanca era de la mujer de Pedro de la Banda (Fund. 19, 10), y además mayorazgo: ella «habíala querido vender para remediar dos hijas».
10. Las monjas carmelitas de Pastrana.
11. Prior de los dominicos de Atocha (Madrid), Hernando del Castillo, amigo que había sido de Ruy Gómez, difunto marido de la princesa; ahora ha venido a Pastrana para amansarla, pero en vano.
12. Con los frailes carmelitas de Pastrana, fundados por la princesa, que tampoco se habían plegado a los caprichos de ésta.
13. Bartolomé de Medina, profesor en Salamanca, que se había mostrado netamente adverso a la Santa, pero que «se allanó pronto».
14. Cosneza: una admiradora de Báñez.?—?Los suspensivos indican lagunas del texto por deterioro del original.
15. Doña Beatriz Sarmiento de Mendoza, hermana de don Alvaro de Mendoza.
16. Laguna por deterioro del autógrafo.

S.50  E.56  Lf.37  A.II 14  T.331

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Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesús nace en Ávila un 28 de marzo de 1515, siembra nuevos Carmelos por los caminos de España, vive una experiencia mística plena, que luego transmite en múltiples escritos y un nutrido epistolario. Doctrina y magisterio que avalará la Iglesia incluyéndola en el Catálogo de sus Santos y otorgándole, pro vez primera a una mujer, el título de Doctora.

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