Juego de reyes y emperadores, descrito por Alfonso el Sabio y comentado por Cervantes, el ajedrez ha pasado también al campo de la mística por obra y gracia de santa Teresa de Jesús. Ella lo incorporó a su teoría de la oración en un texto que ya se ha hecho clásico en la espiritualidad. Corresponde al capítulo 24 del Camino de perfección (códice de El Escorial, que corresponde al c. 16 de la redacción definitiva, códice de Valladolid). Dice así:
‘No os parezca mucho todo esto, que voy entablando el juego, como dicen. Pedísteisme os dijese el principio de oración… Pues creed que quien no sabe concertar las piezas en el juego del ajedrez, que sabrá mal jugar; y si no sabe dar jaque, no sabrá dar mate. Ansí me habéis de reprender, porque hable en cosa de juego no lo habiendo en esta casa ni habiéndolo de haber. Aquí veréis la madre que os dio Dios, que hasta esta vanidad sabía; mas dicen que es lícito algunas veces. ¿Y cuán lícito será para nosotras esta manera de jugar, y cuán presto si mucho lo usamos daremos mate a este Rey divino, que no se nos podrá ir de las manos ni querrá? La dama es la que más guerra le puede hacer en este juego, y todas las otras piezas ayudan. No hay dama que ansí le haga rendir como la humildad… Mas contemplación es otra cosa… en los principios no supo entablar el juego; pensó bastaba conocer las piezas para dar mate y es imposible, que no se da este Rey sino a quien se le da del todo’.
Este es un texto de genuino corte teresiano en el que no falta ni la sencillez del llano decir hogareño ni el encanto de su modestia ni la nota de fino humorismo, aparte del mensaje de perfeción de vida que subyace en toda la ingeniosa trasposición, del juego del arte al juego del espíritu. Es conveniente fijarse en tres puntos que se desprenden de este pasaje teresiano, a saber: 1) Teresa conoce el arte y la técnica del ajedrez, como se colige de la apropiada nomenclatura que emplea, por la estrategia que propone y por los verbos entablar y concertar que usa; 2) Teresa tiene el concepto de la inconveniencia de este juego para religiosos: lo tacha de vanidad, pide indulgencia por haberlo practicado y apela como justificación al testimonio ajeno: ‘Dicen que es lícito algunas veces’. Quizás por este escrúpulo la Santa arrancó de la copia del Camino de Perfección de Valladolid las hojas que trataban de esta comparación del ajedrez. Los Salmanticenses (carmelitas descalzos) se pronunciaron por la licitud de este juego aún para los religiosos. 3) El valor comparativo del ajedrez en la doctrina ascética de santa Teresa es de una originalidad y expresividad que cautiva. El rey es Cristo, la reina es el alma, las demás piezas son las criaturas por las cuales escala el alma hasta la cámara real. La humildad es la fuerza de la reina con la que logra dar ‘jaque mate’ al Rey.
Con toda razón, Santa Teresa de Jesús ha sido proclamada Patrona de los ajedrecistas.
BIBL. Ismael de Santa Teresita, Santa Teresa, Patrona de los ajedrecistas, en El Español (Madrid) 27, 1, 1945.
Ismael Bengoechea