Jesuita de Castilla. Gran amigo de la Santa. También amigo de don Teutonio de Braganza (cta 79,7: de enero de 1575; primera mención de él, en un pasaje humorístico y algo enigmático). Por esas fechas colaboró intensamente con la Santa: ‘se le debe mucho, cierto’ (cta 88,8). Había propuesto para el Carmelo de Valladolid a una joven, que luego se negó a ingresar (ib 7). Desde Sevilla sigue en contacto con él: ‘tres cartas le he escrito’, sin respuesta y sin saber si las ha recibido ‘mi Padre Olea’ (cta 89,6). En los años de correspondencia difícil (semicifrada), reservará para él el criptónimo ‘Santelmo’ (119,1; 138,3; 150,4). Pero medió entre ambos un pequeño incidente que puso a prueba la firmeza de T. Olea había recomendado para ingresar en el Carmelo a una joven que de hecho entró en Valladolid, pero que fue despedida antes de profesar, cosa que él llevó a mal: ‘Sepa escribe a Gracián que está muy malenojado Santelmo conmigo por la monja que ya se fue, que en conciencia no pude hacer otra cosa… Como ello sea cosa que toque en agradar a Dios, húndase el mundo’ (cta 150,4). Olea asegura que personalmente es neutral (‘me ha escrito que no tiene más con ella que con uno que pasa por la calle’: 135,3; y 138,3). Pero, con todo, lleva el caso al autoritario P. Ambrosio Mariano, y éste tilda a la Santa de desagradecida. Ella reacciona: ‘Bien parece que no tiene vuestra reverencia entendido lo que debo y quiero al P. Olea… Vuestra merced ya creo sabe que no soy desagradecida. Y así le digo que, si en este negocio me fuera perder descanso y salud, que ya estuviera concluido; mas cuando hay cosa de conciencia en ello, no basta amistad, porque debo más a Dios que a nadie’ (cta 135,1-4). Se lo confirma a Gracián pocos días después: ‘…al menos aprovechará poco conmigo, viendo que es contra conciencia, como lo veo, aunque se hundiese el mundo. Y, con todo, dice que no le va más que por una que pasa por la calle. Mire qué vida; y ¡qué hiciera si le fuera! Miedo he de haber de tomar cosa suya’ (cta 138,3). Pese a todo lo cual, ella sigue en buenas relaciones con el Padre (cf cta 183,3). De las muchas cartas a Olea, aludidas en la correspondencia epistolar de la Santa, no nos ha llegado ninguna. Jesuitas.
Por