126. Fecha: agosto-septiembre de 1576, en Toledo. El confesor cesante es fray Diego de Yepes, futuro obispo de Tarazona. El nuevo director el canónigo Alonso Velázquez, más tarde obispo de Osma. Para la inteligencia de esta Merced, véase la carta de la Santa a Gracián, de 5 de septiembre de 1576. – Texto tomado del códice de Ávila, f. 22v.
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Habiendo comenzado a confesarme con una persona126en una ciudad que al presente estoy, y ella con haberme tenido mucha voluntad y tenerla después que admitió el gobierno de mi alma, se apartaba de venir acá. Estando yo en oración una noche, pensando en la falta que me hacía, entendí que le tenía Dios para que no viniese, porque me convenía tratar mi alma con una persona del mismo lugar. A mí me pesó por haber de conocer condición nueva, que podía ser no me entendiese e inquietase y por tener amor a quien me hacía esta caridad –aunque siempre que veía u oía predicar a esta persona me hacía contento espiritual–, y por tener muchas ocupaciones esta persona también, me parecía inconveniente. Díjome el Señor: «Yo haré que te oiga y te entienda. Declárate con él, que algún remedio será de tus trabajos». Esto postrero fue, según pienso, porque estaba yo entonces fatigadísima de estar ausente de Dios. También me dijo entonces Su Majestad que bien veía el trabajo que tenía, mas que no podía ser menos mientras viviese en este destierro, que todo era para más bien mío, y me consoló mucho.
Así me ha acaecido, que huelga de oírme, y busca tiempo y me ha entendido y dado gran alivio. Es muy letrado y santo.