1. Episodio importante en la historia del libro y en la de Teresa escritora. El Camino es el primer libro publicado por ella. Es cierto que se le anticipó la edición de las Constituciones (Salamanca 1581). Pero éstas ya no eran las escritas por ella, sino las elaboradas en el Capítulo de Alcalá. En cambio en la publicación del Camino puso empeño especial, si bien luego la empresa se vio envuelta en una maraña de contratiempos. Expondremos primero la preparación teresiana de la edición; luego, los contratiempos del Camino entre Évora y Lisboa; y finalmente el logro tipográfico muerta ya la autora. De todo ello, lo más importante es el tratamiento a que la Santa somete su obra de cara a la edición primera.
2. La preparación tipográfica. Escrito entre 1566 y 1567, el libro se había difundido en copias no siempre fieles al original teresiano, como ya hemos notado. Por ese motivo la Santa decide su publicación, ya muy entrada la década siguiente. La acuerdan ella y su amigo portugués don Teutonio de Braganza, Obispo de Évora desde el 28.6.1578. La edición se hará en Évora a expensasdel Prelado. Le escribe la Santa el 22 de julio de 1579: La semana pasada escribí a vuestra señoría largo, y le envié el librillo ; ésta sólo es por habérseme olvidado suplicar a vuestra señoría que la vida de nuestro padre san Alberto, que va en un cuadernillo en el mismo libro, la mandase vuestra señoría imprimir con él (cta 305,1). Es decir, en la primera quincena de julio la Santa había enviado a don Teutonio en un solo paquete el texto del Camino y la biografía del carmelita san Alberto, redactada por el dominico Diego de Yanguas. Ahora le propone la impresión de ambos en un solo volumen.
3. Pero Teresa se ha percatado a tiempo de que para la entrega al tipógrafo no sirve ninguno de sus autógrafos, carentes de puntuación, de mayúsculas, de separación de párrafos Y por ello recurre a la ayuda de un amanuense competente con toda seguridad, un letrado, que transcriba íntegro el libro en buena caligrafía y con los debidos requisitos pre-editoriales. Ignoramos quién fue ese amanuense que realizó una copia tan preciosa. Pero pecó por carta de más: no sólo acicaló gráfica y literariamente el escrito, sino que lo manipuló a su gusto y talante. De suerte que cuando la flamante copia llegó a manos de la autora, ésta no tuvo más remedio que deshacer el entuerto, página tras página.
4. Poseemos todavía el cuaderno del letrado amanuense en el llamado 'Códice de Toledo'. La Santa lo revisó y corrigió de propia mano desde la primera página hasta la última. En la primera hizo que se le añadiese la Protestación de sumisión a la Iglesia, escrita de mano ajena. En la última tachó íntegro el colofón en que se enumeraban los conventos por ella fundados. Y páginas adentro, tachó vocablos, introdujo enmiendas, agregó notas marginales e interlineares. Incluso añadió alguna a pie de página. En total, varios centenares de retoques y correcciones, que en parte restituían el texto a su pureza primigenia, pero dejaban la copia malparada e impresentable en la tipografía. Ella misma hubo de procurarse una tercera copia para enviar a don Teutonio. Desconocemos este postrer traslado. Sólo sabemos de una joven carmelita salmantina que prestó su colaboración en la tarea. A la tipografía portuguesa fue esta tercera copia la que sirvió por fin el texto para la edición príncipe del libro. (Siglos mástarde, el códice de Toledo sería publicado por la BAC tomo II, 1954 como texto definitivo del Camino según la Santa.)
5. Entre Évora y Lisboa. Como era normativo en aquel entonces, don Teutonio sometió el texto teresiano a la aprobación de la autoridad eclesiástica de Lisboa. Eran tiempos difíciles y los trámites resultaron lentos y accidentados. Sólo tras un año (7 de octubre de 1580) otorgaban su aprobación en Lisboa los dos censores Paulo Afonso y Antonio de Mendoça: 'vista a informação do padre Bertolomeu Ferreyra poderse a imprimir, tiradas as cláusulas riscadas', pero con la condición de que antes de ponerlo en público habría de pasar por esta mesa uno de los ejemplares impresos, para cotejarlo con el texto aprobado. Es decir, una vez más los censores cuestionaban la ortodoxia del vocabulario empleado por la Santa y, sobre todo, imponían la supresión del capítulo 31 del libro, en que la autora declara qué es oración de quietud, probablemente recelado de quietismo. Entre la fecha de esa quisquillosa aprobación (7.10.1580) y la comprobación de las cláusulas riscadas y del capítulo cercenado mediarán tres años! Los dos censores anotaban en la portada: 'pode correr. Em Lixboa, oyto de fevereyro, 1583'. Cuatro meses antes había fallecido la autora, que ya no vería su libro en letra de molde.
6. El texto editado. Ocurrió todavía que, a raíz de la muerte de Teresa, el padre Gracián envió a don Teutonio los famosos Avisos seudoteresianos para añadirlos al Camino. De suerte que la edición constó de un híbrido multicolor: primero, una carta introductoria y laudatoria, firmada por don Teutonio (nueve páginas no numeradas); en segundo lugar, los Avisos de la Madre Teresa de Jesús (otras nueve páginas sin numerar); a continuación, el texto del Camino (folios 1-143); y por fin, 'La vida y milagros de el glorioso padre san Alberto', otros 44 folios, precedidos de un precioso 'Prólogo a la muy religiosa Señora y nuestra madre Teresa de Jesús', publicado probablemente en vida de la Santa, pues esta última pieza lleva por fecha de edición el 'Año de 1582'.
7. El libro se titulaba: 'Tratado que escribio la Madre Teresa de Jesús. A las hermanas religiosas de la orden de nuestra Señora del Carmen del Monesterio del Señor sanct Iosef. De Avila de donde a la sazón era Priora y fundadora. Fue impressala presente obra en la muy noble y siempre leal ciudad de Évora, en casa de la Viuda Muger que fue de Andrés de Burgos, que sancta gloria haya. 1583'.
8. La edición evoracense impuso el texto del Camino a las ediciones siguientes, tanto a la del Padre Gracián (Salamanca 1585), como a la de san Juan de Ribera (Valencia 1587). Una y otra reproducen, con leves modificaciones, el texto de don Teutonio y suprimen el capítulo 31, precisamente el que había sido incrementado por la Santa con la deliciosa comparación del niño que aún mama
9. Sólo en 1588 fray Luis de León regresó al texto autógrafo y reincorporó en él ese malvisto capítulo 31, si bien entremezclase las dos redacciones del libro. Fray Luis advertía justamente bajo el título de la obra: 'Impresso conforme a los originales de mano, enmendados por la misma madre, y no conforme a los impressos, en que faltaban muchas cosas, y otras andaban muy corrompidas'. En su propia edición, fray Luis, desde el primer capítulo, salpicará de notas apologéticas los márgenes del texto, pero no añadirá nota alguna al cuestionado capítulo de la oración de quietud.
10. Sin duda lo más notable en todo este proceso editorial del Camino es el esmero con que la Santa cuida su texto, mejorándolo incluso literariamente, sin incurrir nunca en la actitud de abajamiento o arrusticamiento que le han achacado como intención estilística los críticos modernos.