1. De joven, Teresa vive su proceso vocacional entre los 18 y los 20 años de edad. Había tenido que superar la normal crisis de adolescencia en torno a los 15. Habla de uno y otro período en los capítulos 2-4 de Vida. Las dos etapas son importantes para entender su ingreso en el Carmelo. Comencemos recordando algunos hitos cronológicos:
Teresa reside en familia hasta los 16 años ( - 1531)
Vive año y medio en Santa María de Gracia (hasta finales del 1532)
Breve jornada de convalecencia en Ortigosa, Castellanos (1533)
Vuelve a la casa paterna (1534-1535)
Ingresa en la Encarnación el 2.11.1535
2. Precede un período de resistencia. - Estaba enemiguísima de ser monja (2,8). Alude a los 'primeros ocho días' de residencia en el colegio de Santa María de Gracia. Los motivos de esa repugnancia son varios. Teresa adolescente se ha abandonado a las lecturas novelescas que la han alejado de la verdad de cuando niña. Galantea con primos y primas, alguna de éstas claramente distónica de la moralidad familiar (2,3). Se mitigan o se ensombrecen las relaciones con su padre. Ella misma vislumbra la posibilidad de que aquello termine por via de casamiento (2,9). Situación que se agrava con varios sucesos familiares: Maria, la hermana mayor, se casa y abandona el hogar (1531). Don Alonso decide poner también a Teresa fuera del ambiente familiar e ingresarla en el colegio de Nuestra Señora de Gracia para romper con esa red de amistades. Entretanto, parte rumbo a América el primero de sus hermanos, Hernando (1532). En el colegio sigue refractaria a la vida religiosa, pero inicia un proceso de clarificación personal: comencé a procurar con todas me encomendasen a Dios (para) que me diese el estado en quele había de servir. Mas todavía deseaba no fuese monja, que éste no fuese Dios servido de dármele, aunque también temía el casarme (3,2). Hasta que cae enferma y tiene que regresar al seno de la familia: Ortigosa, Castellanos, Ávila. Para la futura vocación de Teresa es sumamente importante este estadio de brega contra corriente.
3. Sigue un período de lucha. A cabo de este tiempo que estuve aquí, ya tenía más amistad con ser monja (ib): final del 'año y medio' de colegio. Había entablado amistad con una religiosa excelente, doña María de Briceño. Es ella quien pone en quiebra su precedente repugnancia. Al abandonar el colegio, pasa una temporada en casa del tío paterno, don Pedro, viudo con vocación de monje, quien la vuelve a las buenas lecturas y a la verdad de cuando niña. Siguen varios episodios decisivos: a/ Teresa se ha hecho amiga de una carmelita de la Encarnación, Juana Juárez; b/ lee apasionadamente las Epístolas de san Jerónimo, que la interpelan fuertemente; c/ vive dramáticamente la despedida de su hermano preferido, Rodrigo, que ha decidido partir para las Indias y que, tras ceder a Teresa el derecho a la propia herencia (la 'legítima' materna), pasa entre Sevilla y Sanlúcar un largo mes de espera (agosto-septiembre de 1535) antes de zarpar. Pero sin duda, el impacto decisivo se lo han producido a Teresa las Cartas de san Jerónimo, especialmente la sección dedicada a la vida contemplativa ('Libro tercero: Trata del estado eremítico , de la vida contemplativa o menosprecio del mundo, o estado del yermo'), y quizás la famosa carta a Heliodoro, que habla de la superación del afecto paterno. - En esta batalla estuve tres meses, forzándome a mí misma (3,6).
4. La decisión. - Su Majestad, sin quererlo yo, me forzó a que me hiciese fuerza (3,4). Los 'tres meses de lucha' culminan en la decisión de notificarlo a su padre, don Alonso, que se opone frontalmente: primero, por el amor que tiene a su hija, y luego por la situación de la familia. No sabemos hasta qué punto ejerce Teresa, en ese momento, funciones de 'ama de casa'. El cuadro del hogar es éste: viudo el padre y muerto en Italia su primer hijo; la hija mayor, María, casada y ausente; los dos hermanos mayores -Hernando y Rodrigo- rumbo a las Indias; quedan en el hogar Antonio de 15 años, Pedro de catorce, Agustín de 9,y Juana de 7. Pero, dado el temple de Teresa, su decisión es irrevocable. Sin prisas: ciertamente, tras 'los tres meses' sigue más de un año de espera. Se mantiene al habla con su amiga de la Encarnación. En familia, comparte su proyecto con el mayor de los hermanos, Antonio, y lo convence también a él: había persuadido a un hermano mío a que se metiese fraile, diciéndole la vanidad del mundo (4,1). Teresa posee ahora una extraña fuerza persuasiva. Y al amanecer el 'día de ánimas', muy de mañana, año de 1535, los dos hermanos se fugan de casa y Teresa franquea la puerta reglar del monasterio de la Encarnación. Sólo que para 'forzarse a sí misma' le ha sido necesario un esfuerzo heroico: Acuérdome que cuando salí de casa de mi padre, no creo será más el sentimiento cuando me muera. Me parece cada hueso se apartaba por sí Era todo haciéndome una fuerza tan grande Aquí me dio (el Señor) ánimo contra mí, de manera que lo puse por obra (4,1). Es decir, no se trata sólo de una decisión: Teresa ha tenido que forzarse, hacerse fuerza, dejarse forzar por Dios, que es quien la ayuda para forzarse a sí misma. Su proceso vocacional no ha sido un idilio, sino una batalla.
5. La motivación: Por qué se hace carmelita. Es proba-blemente el lado más deficitario en todo el proceso. Teresa, fundamentalmente, se decide a ser carmelita porque tiene una amiga en la Encarnación. Porque este monasterio es al que yo tenía mucha afición (4,1), si bien, una vez decidida por el estado religioso, a cualquiera (monasterio) en que pensara servir más a Dios, o mi padre quisiera, fuera (ib), y en Ávila tenía tantos monasterios para escoger (La Concepción, Santa Ana, Santa María de Gracia, Santa Catalina de Sena, las Gordillas ). En el ánimo de Teresa aletean otros motivos, incluso el miedo al infierno, el amor a Cristo, la previsión realista de los trabajos de la religión, por ser [yo] tan regalada. En el fondo, ella ha optado por 'la vida religiosa'. Su vocación específicamente carmelitana tenía precarias motivaciones psicológicas. Pero estaba bien respaldada por una motivación netamente teológica: Oh, válgame Dios, por qué términos me andaba Su Majestad disponiendo para el estado en que se quiso servir de mí, que, sin quererlo yo, me forzó a que me hiciese fuerza! (3,4).
6.El refrendo vocacional. La única fuente que nos queda para evaluar ese proceso vocacional es el autorrelato deVida.Lo escribe ella a distancia de 30 años. Lo había vivido en torno a 1535. Lo relata en 1565. Lo recuerda con realismo pero sin titubeos. Está convencida de queacertó. Segura de que su lucha terminó en victoria. Y que ésta ha sido definitiva. Son afirmaciones suyas:En tomando el hábito , a la hora(al instante)me dio un tan gran contento de tener aquel estado, que nunca más me faltó hasta hoy(4,2). Y lo repetirá confidencialmente a las monjas de San José:¡Bendito seáis Vos, mi Dios , que darme estado de monja fue grandísima[merced] (C8,2).
Sí, Teresa había acertado en el camino de su vida. Jamás se retractará.
- ¿Qué es el Carmelo?
- Vocación e ingreso en la encarnación
- El monasterio de Santa María de la Encarnación
- Formación y lecturas carmelitanas de Teresa
- En la encarnación: periodo de crisis y lucha
- Vida nueva de Teresa en la Encarnación
- Teresa priora de la encarnación
- Aprendizaje carmelitano en la encarnación
- El hecho decisivo
- Tres maestros carmelitas de Teresa