1. Generalmente, cuando los teresianistas investigan las fuentes del magisterio o del saber teresiano, insisten en las lecturas y en la aportación de los letrados Ciertamente los libros y los doctos son afluentes de su caudal cultural. Pero no son las fuentes de su pensamiento. Es Teresa misma quien asegurainsistentemente que ella habla o escribe desde la experiencia: que no dirá cosa que no tenga por experiencia o que no haya experimentado mucho (Vida 18,8); pues yo pudiera poco con los libros deprender porque era nada lo que entendía, hasta que Su Majestad por experiencia me lo daba a entender (ib 22,3), o que para escribir, muy poca o casi ninguna necesidad he tenido de libros: Su Majestad ha sido el libro verdadero adonde he visto las verdades (ib 26,5). Innumerables veces refrenda su dicho con la garantía de saberlo por experiencia, muy muchas veces lo he visto por experiencia (ib 22,6), yo he visto claro La experiencia la ha capacitado para escribir, veo claro que no soy yo quien lo dice [quien lo escribe], que ni lo ordeno con el entendimiento ni sé después cómo lo acerté a decir. Esto me acaece muchas veces (ib 14,8) etc. Son afirmaciones que se repiten como un ritornelo en el primero de sus libros, cuando arranca su labor de escritora. Lo repite al comenzar la lección pedagógica del Camino: no diré cosa que, en mí o por verla en otras, no la tenga por experiencia (pról 3). Y al escribir su libro final, las Moradas, el tema se convierte en axioma: de lo que no hay experiencia, mal se puede dar razón cierta, axioma formulado en el contexto místico de las moradas sextas, 9,4. Está convencida de que si 'lo sabe decir' es por haberlo podido experimentar (C 23,4). Pluma en mano, dialoga de experiencia a experiencia, de la suya a la de las lectoras, a las de vosotras que lo sabéis por experiencia, por la bondad de Dios, puedo presentar por testigos (ib 23,6), convencida de que muchas de sus enseñanzas no las entenderá el lector sino desde la propia experiencia, pues importa mucho -escribe- no sólo creer, sino procurar entenderlo por experiencia (ib 28,1) De ahí su interés no sólo por explicar y hacer saber, sino ante todo por engolosinar y provocar la empatía del lector. En resumen: a/ para escribir no le sirven los libros; b/ escribe desde la experiencia (propia y ajena); c/ ciertas cosas (ante todo, las místicas) el lector sólo las comprenderá si las experimenta; d/ ella las escribe para 'engolosinar', o sea, no para informar sino para provocar la experiencia del lector, para empatizar; e/ a ella, por fin, la han entendido desde la experiencia (por ejemplo, fray Pedro de Alcántara, fray Juan de la Cruz, Francisco de Borja).
2. Obviamente estamos ante la lección de una contemplativa. Vale para ella la palabra de fray Juan de la Cruz, según el cualla contemplación es 'sabiduría de Dios amorosa'. En Teresa, la contemplación es sabiduría de la experiencia, que la hace gustar el misterio trascendente de Dios, y que a la vez la vuelve sensible a las minucias de la vida (una hormiguita, dirá ella), para verlas y sentirlas a la luz de lo trascendente. En la presente ficha nos interesan dos cosas: apurar qué entiende ella por experiencia y cuál ha sido el arco extensivo de la suya.
3. En la acepción de Teresa, el vocablo experiencia mantiene su significado común y corriente. Experiencia se contrapone a teoría. Teoría es la doctrina de los libros o el discurso de los letrados o el pensamiento pensado por ella misma. Experiencia, en cambio, es 'saber algo por haberlo vivido, sentido o experimentado'. Pero 'experimentado' no alude a un experimento de laboratorio, sino a una experiencia vivencial, o empíricamente con los sentidos, o entrañada en la propia vida. Desde lo común y corriente, tan múltiple: luces y sombras, victorias y derrotas, aciertos y desengaños, buen rumbo en el camino o perder el norte de la vida Hasta la experiencia de la amistad profunda, o la suma experiencia del misterio de Dios. También la doctrina de los libros pasa al campo de la experiencia cuando tiene el refrendo comprobatorio de lo vivido.
4. Teresa ha tenido una doble escalada de experiencias. Una primera serie que la lleva hasta la madurez humana. Y otra, que le sobreviene hacia la mitad de la vida y la conduce hasta la plenitud cristiana. En los libros de teología espiritual suele llamarse ascética a la primera, y mística a la segunda. Entre una y otra, media, en el caso de Teresa, un hito divisorio. Es el momento en que la voz interior le garantiza: 'yo te daré libro vivo'. Con una especie de devaluación del caudal de los libros impresos (muy poca o casi ninguna necesidad he tenido de libros), y la puesta en primer plano del libro vivo, el saber trascendente, libro verdadero adonde he visto las verdades (Vida 26,5). Su obra literaria será toda ella posterior a ese hito señero. Cuando ella escriba, se referirá más de una vez a la primera clase de experiencias. Pero un altísimo porcentaje de alusiones se refieren al cupo segundo. Teresa es escritora a base de su saber místico. El hecho mismo de escribir se lo debe a esa segunda clase de experiencias; se lo ha posibilitado una triple gracia (triple componente de la experiencia):experimentar / entender lo experimentado / poder expresarlo (que en nuestra psicología corresponden a la triple dotación del hombre normal: percibir o sentir / entender / comunicar). Nos interesa diagramar brevemente: a/ cuáles son en Teresa las experiencias que promueven su madurez humana; b/ cuáles deciden su ascenso al pléroma cristiano y, consiguientemente, a su magisterio espiritual..
5. Su experiencia humana. Corresponde a los diversos estratos de su curriculum biográfico: experiencia de familia, experiencia de la comunidad religiosa, y experiencia de la sociedad. Son experiencias que se van sobreponiendo como estratos constructivos en la personalidad femenina de Teresa. Es rica en contenido afectivo la experiencia de la familia múltiple que la acoge: infancia, adolescencia, orfandad y juventud. De hondo calado físico-psicológico su paso por los tres años de enfermedad, que resultarán crónicos en su vida, con el vómito cotidiano y las exigencias contrastantes de la comunión diaria y de los viajes de fundadora. En la experiencia de la comunidad religiosa, es notable que Teresa no está sujeta a crisis de adaptación, pero sí de crecimiento. Y por fin la experiencia de la vida social, tan multiforme, entra ya en el ámbito de su vida mística.
6. Es mucho más importante este otro rimero de experiencias constitutivas de su vida mística. La contemplación le cambia la mirada (envolvente) y la valoración de las cosas, los sucesos, las personas. Es ahora cuando Teresa hace la experiencia vivencial de la oración. La oración se le vuelve fácil, como una dimensión normal de su vida. Habla a Dios o con Dios mientras escribe, o cuando trabaja, o cuando se dedica a la oración. Orar es tratarlo en amistad. Lo mismo, y mucho más, que a los amigos humanos. Para ello, se le ha cambiado el rostro de Dios (Vida, 4,10). Cristo pasa del plano histórico al de las realidades presentes. Realmente presente de tantas maneras, en la Eucaristía, en el Evangelio, en las imágenes de los artistas, en los hermanos, a su lado derecho En sí misma, Teresa tiene la experiencia de la propia alma: no la experimenta como palpa la propia mano, pero sí mucho más hondamente, y en ella percibe a la Trinidad. Desde esos hitos ve el mundo de otra manera, a otra luz. Valora diversamente lo caduco y lo consistente. Resurgen las amistades,pero envueltas en otra luz visual. Dentro de ellas, emergen las grandes realidades terrenas, la Iglesia, el Carmelo, las personas excepcionales, fray Juan de la Cruz, fray Pedro de Alcántara, una cualquiera de sus novicias. Comparece, sobre todo, otro modo de encarar el desenlace de la vida presente: Teresa vive en espera y lo canta: vivo sin vivir en mí . Dame consuelo oír el reloj, porque me allego un poquito más para ver a Dios (Vida 40,20). La síntesis doctrinal de las Moradas será una codificación de su experiencia.
- Aprendizaje en el hogar: Primeras letras y primeras lecturas
- Lecturas de adolescencia
- Amiga de buenos libros
- Iniciación en los espirituales españoles
- Al habla con teólogos y espirituales
- Formación cristológica
- La formación bíblica de Teresa
- Formación litúrgica
- Formación humanística
- La experiencia, sabiduría de vida