1. En la historia de Teresa es probablemente la gesta más audaz de cuantas llevó a cabo. Ella misma la refiere tres años después, reservándole toda una sección en su Libro de la Vida (cc. 32-36), y suplicando al primer lector-revisor de la obra que, en caso de echarlo al fuego, lo que toca a este monasterio vuestra merced lo guarde y, muerta yo, lo dé a las hermanas que aquí estuvieren, que animará mucho para servir a Dios las que vinieren (36,29). Relato insuplantable. A él nos remitimos. En la presente ficha, sintetizamos la historia de la fundación, completando el relato de la Fundadora con otras fuentes abulenses coetáneas, especialmente las Actas del Concejo de la ciudad y los documentos pontificios que autorizaron la erección del monasterio.
2. Los preparativos. Para poner en marcha su inicial inspi-ración mística, Teresa solicita colaboración múltiple: ante todo,el doble apoyo de fray Pedro de Alcántara y del dominico Pedro Ibáñez; la colaboración de dos damas amigas, doña Aldonza y doña Guiomar de Ulloa, que solicitan las bulas de Roma; la presencia o casi la dirección de obras por parte del cuñado Juan de Ovalle, venido de Alba y asistido por su mujer Juana de Ahumada, hermana de Teresa. En lo espiritual, la asesora entre dudas y titubeos el jesuita Baltasar Álvarez. Le falla, en cambio, el Provincial carmelita Ángel de Salazar.
Pero los hilos de la madeja se le enredan: primero, cuando llega de Roma un primer breve inservible. Luego, porque Ovalle compra casas para el futuro convento sin advertir que son edificios gravados con un censo ciudadano. Por fin, a ella se le agotan los pocos dineros con que va pagando a los oficiales: la sacan de apuros los pesos enviados de América por su hermano Lorenzo (Vida 33,12; cta 2: 23.12.1561). Es el momento en que sobreviene un nuevo contratiempo: el Provincial le ordena alejarse de Ávila y pasar casi ocho meses en Toledo, asistiendo a doña Luisa de la Cerda.
3. Erección del monasterio. La erección del Carmelo abu-lense se efectúa apenas Teresa ha regresado de Toledo. Allí, en el palacio de doña Luisa, ha intercambiado proyectos e ideales con la andaluza María de Jesús. En Ávila están ultimadas, mal que bien, las casuchas aderezadas por Ovalle a título personal. La misma noche que llegué a esta tierra, llega el Breve de Roma (Vida 36,1). Fray Pedro de Alcántara, acompañado de Salcedo, viaja a El Tiemblo a presentarlo al Obispo don Álvaro. Todo se hizo debajo de gran secreto (36,3). El Obispo se resiste, pero finalmente asiente y viene a Ávila a conocer personalmente a Teresa, que ha reunido para la fundación a las cuatro jóvenes pioneras (cuatro huérfanas pobres), más un par de monjas de la Encarnación. A toque de campana, celebra la misa inaugural el clérigo amigo Gaspar Daza, que impone el hábito a las cuatro candidatas en presencia de Teresa y del futuro capellán Julián de Ávila. La clausura se instaura detrás de unos atajos de tablas y esteras, que entonces no había más clausura, que la casa era muy chica y pobre (BMC 18,384). Todo ello, en la mañana del lunes 24 de agosto de 1562. Pues fue para mí como estaren una gloria ver poner el Santísimo Sacramento Estuve contan gran contento, que estaba como fuera de mí, con grande oración (36,6).
Pero esa misma tarde, Teresa sufre una profunda crisis interior (36,7). Surge el primer gran alboroto de la barriada. Y la priora de la Encarnación, doña María Cimbrón, reclama la inmediata presencia de Teresa a rendir cuentas. Ella abandona el conventico, baja a la Encarnación acompañada de Julián de Ávila, y deja solas y tristes, pero decididas, a las cuatro novicias, totalmente inexpertas y apenas iniciadas en la nueva vida.
4. La oposición de la ciudad. La misma tarde del día inau-gural, se oye en torno a la casita el alboroto de la barriada. Dos días antes (el 22 de agosto), el cantero y veedor de las fuentes había presentado ante el concejo la voz de alarma contra Ovalle por las casas de Valvellido, que construye al lado de 'las fuentes' de la ciudad. Y al día siguiente de la fundación, el Corregidor Garcí Suárez Carvajal levanta la voz en el Concejo en contra del recién fundado convento.
De hecho, por las prisas y la inexperiencia de todos, se había incurrido en un enredijo de inconvenientes que ahora salen a la luz: a/ ante todo, el Breve pontificio ha sido aceptado y ejecutado por el Prelado sin el previo placet regio.; b/ las casas compradas por Ovalle a los herederos de Valvellido estaban gravadas por un censo urbano (eran 'casas censales'), y Ovalle lo ignoró; c/ la reestructuración de los edificios se hizo al margen del acueducto (el 'edificio de las fuentes') que proveía de agua a la ciudad. Tres flancos débiles que dan pie a un pleito múltiple. El día 30, el Concejo reúne una primera 'junta grande', desfavorable a la Madre Teresa: sólo que en la junta el provisor del Obispo presenta el Breve pontificio que justificaba la fundación. Al día siguiente se celebra otra 'junta grande' en el palacio episcopal, cuestionando la admisión de dicho Breve. Defiende a Teresa el teólogo Domingo Báñez y la apoya el Obispo, allí presente. Pero no pueden impedir que el pleito se traslade a la Corte de Madrid, donde se prolonga hasta abril de 1564, con increíble dispendio económico del pobrísimo Carmelo de San José, que en el entretanto hubo de enviar numerosas misivas al Concejo, tuvo que derribar un par de ermitas de la huerta, y estuvo a punto de demoler parte del edificio. Incluso medió la propuesta de trasladar la casita a otra parte dela ciudad (Sobre la actuación del Concejo, cf la respectiva documentación en el libro de E. Ruiz Ayúcar, El municipio de Ávila ante la fundación de San José. Ávila 1982).
5. Estreno de vida carmelita. Las fuentes casi únicas de lo vivido en el remanso de aquel primer quinquenio son los relatos de Vida 36 y Fund 1. Sobre todo, éste último. Destacan en él dos aspectos: gran calma de cara a la borrasca y al hostigamiento de fuera (a); y, hacia adentro, empatía del grupo con la vida mística de la fundadora (b).
a) La paz de la casa contrasta fuertemente con el alboroto de aquel barrio de San Roque, con el agobio de las 'juntas grandes' del Concejo y con el prolongado pleito ante la Corte de Madrid. De las relaciones del grupo con el Concejo nos queda una sola carta, firmada por las pobres hermanas de San José, carta serena, que no acusa un mínimo de tensión ni tirantez, al contrario, mantiene un diálogo franco en sumisión y benevolencia. (Otro tanto traslucen los resúmenes que hace el Concejo de varias otras cartas envíadas por las Hermanas).
b) Mucho más intenso y revelador es el otro aspecto: especie de idilio de vida contemplativa determinado por la presencia de Teresa. Ésta vive un torrente de gracias místicas desde el día del regreso (Vida 36,24; y los cc.37-40); gracias a veces incontenibles ante las hermanas; otras veces son gracias carismáticas 'para ellas'. De suerte que el pequeño grupo de novicias (que pronto llegan a trece) se deja impactar fuertemente. Es la vibrante semblanza que de ellas hace el capítulo primero de las Fundaciones: cinco años, que me parece serán los más descansados de mi vida Las trece son a los ojos de Teresa almas de ángeles (cf todo el capítulo 1º de Fundaciones)
- En la Encarnación: Periodo de crisis y lucha
- La primera fundación: San José de Ávila
- La primera salida: El Carmelo de Medina
- Duruelo: primera fundación de descalzos
- Cinco fundaciones más, en Castilla y La Mancha: Malagón - Valladolid - Toledo - Salamanca y Alba de Tormes
- Teresa reanuda las fundaciones. último ciclo: Villanueva de la Jara - Palencia - Soria y Burgos
- El carisma del carmelo teresiano
- De Pastrana a Segovia: Teresa y la princesa de Éboli
- Fundaciones en Andalucía
- Cesan las fundaciones: Periodo de dura prueba